Las mafias usan ahora buques fantasma para el tráfico de inmigrantes a Europa

Italia recoge el segundo barco abarrotado de inmigrantes y abandonado a su suerte

La Voz de Galicia, María Signo, 03-01-2015

Las mafias que controlan la entrada ilegal de personas en Europa no dejan de buscar nuevos medios para continuar con su lucrativo negocio. La nueva táctica es la de hacinar a centenares de personas en viejos cargueros que la tripulación abandona a su suerte cuando están próximos a las costas europeas, obligando a los guardacostas a intervenir con el fin de salvar vidas. Así ha ocurrido en los últimos cuatro días, primero con el Blue Sky, un buque de bandera moldava interceptado el miércoles con 796 inmigrantes a bordo cuando se dirigía en piloto automático hacia las costas de Apulia. Si la Guardia Costera italiana no hubiera tomado el control, habría chocado contra las rocas. Ayer la historia volvió a repetirse con el Ezadeen, un carguero construida en 1966 para transportar ganado, que se dirigía sin tripulación con 450 inmigrantes a bordo hacia la costa italiana.

Dos catástrofes evitadas en pocos días y que ponen en evidencia un cambio en el método del tráfico ilegal de personas en el Mediterráneo. De los pequeños pesqueros y los botes de goma se ha pasado a grandes buques fantasma de 40 años de antigüedad donde se puede amontonar mucha más gente y que pueden navegar cuando el tiempo es malo. Al aproximarse a la costa, se dejan a la deriva sin tripulación o sin combustible. «He visto a gente tomando una cerveza y acordando un precio más alto para uno de esos barcos [700.000 euros] de lo que les costaría desguazarlos en la India», declara David Olsen, de la revista Lloyds List.

Un «nuevo grado de crueldad» y un «negocio multimillonario», ya que «a cada inmigrante se le cobran varios miles de euros o dólares», señaló la portavoz de la Agencia de Protección de Fronteras de la UE (Frontex), Eva Moncure. «Es uno de los nuevos fenómenos del invierno», añadió.

El eurodiputado británico Claude Moraes cree que es la respuesta de los traficantes a la cancelación de la operación Mare Nostrum, cuya misión era el rescate de inmigrantes en el mar, y su sustitución por la Tritón, dedicada solo a frenar el desembarco.

Las nuevas rutas ya no parten de Libia o Túnez, sino de Turquía, dónde los barcos fantasma se cargan de personas desesperadas que huyen de la pobreza y de la guerra, sobre todo de Siria, Irak y Afganistán. El sirio Muhamad que iba en el Blue Sky, lo explica así: «Nos preguntan por qué pagamos 5.000 o 7.000 euros, pero sino tienes nada más, ante la esperanza de una nueva vida, estás dispuesto a hacer de todo».

Moncure insistía ayer en que la lucha contra este tráfico de inmigrantes será «una prioridad» de la UE en el 2015». «Esta es una tarea que incumbe a todos los Estados miembros de la UE, tanto del norte como del sur y debe ser asumido con un espíritu de solidaridad», dijo en julio Jean Claude Juncker durante la presentación del programa de la Comisión Europea.

Italia está en la encrucijada de las vías marítimas utilizadas por los traficantes de personas. En los últimos 14 meses han sido rescatadas en el mar unas 170.000 personas, pero se calcula que cientos o incluso miles, han perdido la vida en la travesía. La mitad de los inmigrantes son sirios o eritreos que buscan alcanzar los países del norte como Alemania, Holanda, Suecia o Dinamarca.

«Estamos solos»

La Marina italiana localizó al carguero Ezadeen, de 73 metros de eslora y con pabellón de Sierra Leona, a la deriva frente a las costas de la ciudad de Crotona con unos 450 inmigrantes a bordo, entre ellos muchos niños y mujeres . Tras intentar contactar con el barco y no recibir respuesta, una de las pasajeras consiguió mandar un mensaje por radio: «Estamos solos, no hay nadie, ayudadnos», imploró.

El carguero, que había sido abandonado por la tripulación y estaba sin carburante, corría el peligro de estrellarse contra las rocas de la costa italiana.

La patrullera islandesa Tyr, que forma parte de la misión Tritón, remolcaba anoche el carguero hasta el puerto de Corigliano Calabro. A bordo del buque se subió un equipo médico para asistir a los pasajeros.

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