Guerra contra los ‘manteros’ en la Plaza Mayor
Los vendedores denuncian la competencia desleal que sufren a causa del ‘top manta’
El Mundo, , 28-12-2014Decenas de comerciantes de la Plaza Mayor y de sus calles colindantes denuncian la pasividad de la Administración ante la problemática que genera el top manta. Se quejan de que durante las últimas semanas los manteros venden los mismos productos que comercializan ellos a la mitad de precio y sin pagar impuestos.
En estas fechas la Plaza Mayor cobra un protagonismo especial. Es tradición que muchos madrileños se acerquen al centro de la capital para pasar el día. Ésto, unido a la afluencia de turistas que se congregan en esta zona, hace que los vendedores de las casetas hagan en estas fechas su particular agosto.
Los tenderos tradicionales reclaman a los organismos competentes el fin de una práctica comercial ilegal que se desarrolla con impunidad y cada vez con mayor frecuencia. «No podemos luchar solos contra una práctica desleal que hace un gran daño a nuestro comercio», sostiene Silvia, responsable de un negocio de complementos textiles en la calle Sal, a escasos metros de la Plaza Mayor.
«Sentimos mucha impotencia. Hay días que se ponen justo en mi puerta, sin dejar entrar a los clientes que pasan de largo. Eso sí, mientras nos machacan a impuestos… las autoridades deberían empatizar con nosotros», sostiene la comerciante.
No es la única que protesta contra esta situación. La mayoría de comerciantes aseguran llamar a la Policía varias veces al día y, aunque les atienden cortésmente, no ven reflejada ninguna solución en las calles.
La presencia de los agentes disuade, momentáneamente, a los manteros. En la calle Postas, donde en este 2014 ya han cerrado cuatro tiendas, o en el comienzo de la calle Toledo, dos de las entradas principales a la plaza, son los lugares predilectos escogidos por los vendedores ambulantes para exhibir sus productos.
«Esto es como el juego del perro y el gato. Ellos tienen una red muy bien montada. Hay compañeros que les avisan siempre que se acerca la Policía. En cuánto ven a un agente salen corriendo, y cuando ven que ha desaparecido vuelven a colocar su puesto… se debería destinar a alguien para que controlara permanentemente esta trama», sugiere Karahan, un turco que abrió su tienda en la calle Postas hace sólo siete días.
Este hombre afirma haber gastado mucho dinero en licencias y obras para poder inaugurar su negocio en estas fechas. Pero todas las prisas han sido en balde. «Si nosotros vendemos algo por 30 euros, ellos te lo van a ofertar por 15. Contra eso no se puede combatir».
El conjunto de comerciantes pide también que los agentes de la Policía Nacional y la Policía Municipal intervengan para cortar este problema de raíz yendo a por los proveedores que sustentan de material a los manteros. «No creo que les fuera muy difícil saber de donde sacan los objetos», dice Luisa, propietaria de una de las más de 80 casetas que se colocan todos los años en la Plaza Mayor.
Esta minorista, que lleva más de 50 años trabajando en la céntrica ubicación, se queja de que les prohibieran vender artículos que los manteros sí ofrecen a los viandantes, como bombetas o bengalas. «Entiendo que se tienen que ganar la vida, pero nosotros también. Y míranos: nosotros sentados con los brazos cruzados y ellos vendiendo. Es una vergüenza». Ayer mismo la Policía Municipal detuvo al menos a dos de los manteros (en la imagen de abajo) que ofrecían productos pirotécnicos supuestamente ilegales.
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