Perdón del imán de Azuqueca a los judíos

El Moussaui pidió a Alá en agosto, tras la ofensiva de gaza, que los eliminase "a todos"

El Mundo, IGNACIO CEMBRERO MADRID ESPECIAL PARA EL MUNDO , 28-12-2014

Luce una corbata roja, una camisa de cuadros, una americana gris y exhibe su mejor sonrisa. Así aparece Salahdin el Moussaoui en la foto insertada en el comunicado que publicó en Nochebuena para pedir perdón a los judíos por las ofensas que les pudo hacer hace ya cuatro meses. Acaso se imagina que el traje y la corbata dan más credibilidad a sus palabras que la chilaba.

El Moussaoui, de nacionalidad marroquí, es el imán del Centro Cultural Islámico de Azuqueca de Henares (Guadalajara, 35.000 habitantes, 16,3% de inmigrantes) que eligió la fiesta judía de Las Luces (Hanuka) para disculparse por la jutba (sermón) que pronunció hace cuatro meses, el 22 de agosto. Tres semanas antes había concluido Margen protector, la ofensiva de Israel sobre la Franja de Gaza, con un saldo de 2.100 palestinos muertos y 67 israelíes.

El imán de Azuqueca arremetió contra todos en su plática; contra Egipto por cerrar la frontera de Rafah que permite acceder a Gaza, contra la Autoridad Nacional Palestina por no secundar la lucha de los habitantes de la franja; pero hizo especial hincapié en los judíos. «¡Oh Alá! Destruye a los judíos usurpadores. ¡Oh Alá! El más Misericordioso, arroja piedras contra ellos. ¡Apedréales! ¡No dejes a ninguno de ellos!», proclamó.

El Moussaoui debió de quedar satisfecho con su sermón, de más de media hora de duración, porque lo subió a Youtube. MEMRI, un centro especializado en divulgar los exabruptos de los musulmanes radicales, lo tradujo del árabe al inglés. La prensa israelí y de Guadalajara criticaron entonces las palabras del imán. La web en la que se comparten los vídeos lo retiró alegando que el que lo subió había cometido «una infracción» porque se trataba de un discurso que «incita al odio».

Casi dos meses después, el Centro Cultural Islámico de Azuqueca dio un primer paso. Reconoció en un comunicado que en el contexto de la guerra de Gaza «se hicieron condenas absolutamente inapropiadas para la coexistencia en la ciudad». «Presentamos nuestras disculpas a las personas y los grupos que se hayan podido sentir ofendidos», añadió. El texto no precisa quién hizo esos pronunciamientos ni nombraba a los judíos, los únicos injuriados.

A mediados de este mes, la Fiscalía abrió, por fin, diligencias para averiguar si el sermón podía suponer una incitación «al odio o a la violencia contra grupos o asociaciones por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideología, religión, creencias (…)», algo que el Código Penal español puede castigar con hasta tres años de cárcel.

El Moussaoui optó entonces por dar un paso más. «Si en la jutba he provocado alguna molestia u ofendido los sentimientos de las personas de religión judía, les pido sinceramente el perdón y retiro todo cuanto pueda ofenderles», afirmó en el comunicado en el que incluye su foto encorbatado. «Nunca he mantenido posturas radicales (…)», asegura. Difundió su texto a través de las redes sociales, pero también se encargó de ello la Comisión Islámica de España.

Las comunidades judías están preocupadas por lo que consideran pequeños brotes de antisemitismo que afloran en España. Destacan, entre otros, unas pintadas antisemitas en octubre en el centro de Toledo; una exposición en noviembre en la Universidad Autónoma de Madrid en la que se atribuyeron frases apócrifas al ex primer ministro Ariel Sharon anunciando que mataría a niños palestinos; o el disfraz de Hitler, elegido en noviembre por un concejal de Gandía (Valencia), para asistir a una fiesta de Halloween.

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