Ventanales tapiados y enormes cerrojos se perpetúan en los edificios en ruina del Centre Històric de Lleida
La Vanguardia, , 29-12-2014Ni el Año Nuevo ni los Reyes Magos parece que vayan a traer un nuevo paisaje al Centre Históric de Lleida, donde los edificios vacíos acumulan desde hace meses ventanales tapiados y enormes dobles cerrojos en las puertas. “Debe haber una veintena en ruina económica técnica, cerrados o desalojados, entre las calles Boters, Companya y Murcia”, resume la concejala de Urbanismo de la Paeria, Marta Camps. El Ayuntamiento sigue esperando que los propietarios se decidan a tirarlas o a rehabilitarlas, en una zona en la que los derribos de los últimos años y los desplomes accidentales de muchas casas han dejado ya 80 solares en los que los vecinos del barrio querrían ver nuevos edificios ocupados “por gente normal” y no sólo vecinos derivados allí por los servicios sociales.
“Los propietarios hacen muy poco, nosotros vamos multando y muchas veces hacemos el trabajo de manera subsidiaria. Cuando se degradan las tiramos, porque una casa vacía acaba degradándose y convirtiéndose en ruina inminente”, cuenta Marta Camps.
Construidas con barro, piedra y madera, son muchas las viviendas de la zona en malas condiciones, con poca luz y una defectuosa distribución de las corrientes de aire. Entre 2005 y 2009 fueron ocupándose en su mayoría por recién llegados sin papeles, que necesitaban una vivienda urgente. Varios bloques se convirtieron en prostíbulos, bares ilegales y puntos de venta de droga, de los que el Ayuntamiento ha conseguido cerrar los más conflictivos por la fuerte presión de la Plataforma per la Dignificació del Pla de l’Aigua. Ha sido precisamente la entrada del Centre Històric en la agenda municipal lo que ha hecho que esta plataforma se disolviera hace apenas unos meses.
Juan Carlos Sabariego, del bar Nou Nou, en la calle Cavallers, de la que él dice que han salido algunas de las personas más ricas de Lleida, es de los que piensa que si tuviera al alcalde Àngel Ros delante, le pediría un esfuerzo para levantar viviendas en el barrio. Las ubicaría en los solares en las que se han hundido, en vez de plantear expansiones de la ciudad por los extremos.
“Es una pena cómo está el Centre Històric, dicen que el Mercat del Pla está levantándolo, pero eso es un cuento bananero, todo está cerrado, se tira y no se construye”, lamenta. Él, igual que los propietarios de un bar cercano que prefieren mantenerse en el anonimato para evitar las “represalias” que han tenido otras veces de algún camello, e igual que uno de los portavoces de la plataforma, Txema Muñoz, reclama una fuerte apuesta por la vivienda nueva para hacer atractiva la zona a la gente de Lleida de toda la vida.
“Se ha de construir y repartir los servicios sociales por la ciudad. No es normal que en 500 metros del Centre Històric estén los servicios institucionales de la pobreza extrema, de drogodependencia, de inmigración, el albergue… Además se ha de construir”. “Nos hace falta gente normal, son necesarios nuevos edificios”, insiste Muñoz, propietario del bar 1714. Él sugiere soluciones imaginativas para que las viviendas nuevas puedan ser más grandes que las actuales. "Con cinco metros de fachada y 20 de pasillo, es difícil planear una solución arquitectónica buena, un piso grande y con luz. “Siempre hemos planteado una reparcelación, trasladar al ámbito urbano la concentración parcelaria que tan buenos resultados ha dado en el campo”, insiste.
La concejala de Urbanismo explica que en el centro histórico, en el que el Ayuntamiento y la Generalitat han construido unos 200 pisos sociales, la dificultad de los accesos en coche dificulta la construcción. “Hay parejas jóvenes que también se han mudado aquí. Lo que pasa es que como es difícil acceder, cuando empiezan a tener hijos se van”, señala.
El Ayuntamiento pretendía esponjar la zona abriendo calles, apunta: “Lo que siempre hemos hecho en el centro histórico es abrir y poner nuevos bloques de pisos. Como Empresa Municipal de Urbanismo, nos hemos arruinado expropiando”. Y avanza que el nuevo plan general municipal prevé abrir nuevos accesos para que se pueda circular más fácilmente por el barrio.
Mientras, el Ayuntamiento ha puesto en marcha el plan de fomento del turismo, que cuenta con medio millón de la Generalitat y recursos propios municipales. Aspira a atraer tiendas al barrio a través de la marca comercial Districte Mercat del Pla, que según la Plataforma de l’Aigua empieza a dar algunos resultados. La panadería Les coques de Cavallers, el taller de mobiliario y decoración vintage Doctora Vintage, o Bacio di Caffè! en la calle la Palma son algunos de los nuevos negocios que se están instalando en la zona. La restauración del Casc Antic también se ha puesto las pilas e intenta renovar la clientela con propuestas curiosas como el vermut torero en el bar Gilda, que ofrece actuaciones en directo algunos domingos y que impulsa la Asociación juvenil para las nuevas tendencias de arte multimedia.
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