Mohammed tiene 60 años, pasa frío y la mala alimentación ha agravado su enfermedad. Él es uno de los más de un millón de refugiados sirios que hay en Líbano. Con algo más de cuatro millones de habitantes, Líbano acumula un volumen de refugiados equivalente al 21% de su población. Allí, los refugiados intentan vivir pero solo consiguen malvivir. Solo el 40% de los refugiados sirios tiene acceso a la sanidad.

Saleh, es otro sirio en Líbano. Preocupado por la salud de su hijo confiesa que si ingresan a su hijo, tendrá que pagar miles de libras libanesas que no tiene.

Por su parte, Unicef asegura que están tan desbordados que la cobertura médica se limita a mujeres embarazadas, niños menores de cinco años y adultos de más de 65.