Ocho de cada diez personas que han intentado entrar este año de forma irregular en la Unión Europea son potenciales solicitantes de asilo y refugio. Gente que huye de Siria, Irak, Somalia, República Centroafricana o Eritrea, zonas muy castigadas por conflictos armados. En el 70% de los casos salen desde las costas de Libia en pateras con destino hacia Italia y Malta. Para la gran mayoría, sin apenas recursos, acceder a Europea por la vía irregular es la única forma de escapar de la inestabilidad reinante en sus países de origen y buscar un futuro mejor.

De hecho, este año se va a cerrar con un récord absoluto en el número de personas que ha cruzado de manera irregular las fronteras europeas, solo superado durante los años de la guerra de los Balcanes. En concreto: 260.000 inmigrantes han sido interceptados mientras intentaban entrar en el continente europeo, según los datos registrados por Frontex a los que ha tenido acceso la Cadena SER. Estos números suponen casi el doble que en el año de las primaveras árables y multiplican por 2,5 la cifra de 107.000 personas registrada el pasado año.

“Las solicitudes de refugio se han incrementado muy notablemente este año en todos los países de la UE, sobre todo en Suecia y Alemania. Los incrementos respecto a años anteriores han sido muy notables. Si bien los flujos continuan siendo flujos mixtos (inmigrantes por razones económicas y otros merecedores de protección internacional), la gran mayoría son sujetos de protección internacional”, aseguran desde la Agencia Europea para el Control de las Fronteras.

En el caso particular de España se mantiene la tendencia a la baja de los últimos año, siendo el quinto país europeo en lo relativo al número de inmigrantes interceptados. En total 7.000 personas, lo que supone 1.200 más que el año pasado. Frontex asegura que esto se debe a las 1.340 personas que llegaron durante los dos días de la crisis con Marruecos, entre los días 10 y 12 de agosto, cuando se batió el récord de migrantes llegados a España en un solo día.

En Italia, más de 200.000 inmigrantes intentaron entrar en Europea, aunque finalmente lo lograron 170.000. Grecia y Bulgaria reunen entre los dos países 50.000 personas interceptadas, mientras que les siguen Hungría en su frontera con Serbia con unas 22.000 personas.