Enrique Samaniego Presidente de Cruz Roja Gipuzkoa
“Saldremos adelante aunque se pierdan las ambulancias de emergencia; hoy día lo que nos preocupa es el área social”
Samaniego se despedirá en mayo de la presidencia de Cruz Roja tras 16 años en el cargo y con la mirada puesta en crear un foro de debate en torno a los derechos humanos
Diario de noticias de Gipuzkoa, , 26-12-2014donostia – La sombra de la pérdida de los contratos de las ambulancias de emergencia, los derechos humanos como reto, el traslado pendiente de la sede a Zorroaga y la consolidación del área social son algunos de los temas de una conversación salpicada de citas históricas. El autor del libro La Cruz Roja: memoria y paz ha decidido no presentarse a las elecciones para renovar los órganos de gobierno de la asociación en Gipuzkoa tras 16 años al frente de la asociación y toda una vida dedicada al voluntariado.
¿Por qué ha decidido poner fin a su labor al frente de Cruz Roja Gipuzkoa?
- Tengo 80 años y aunque ahora estoy bien y fresco, ¿qué va a pasar dentro de cuatro años? Me parece que no es honesto seguir.
¿Cuándo empezó como voluntario en la asociación?
- El año 1954 o 55, cuando venía por vacaciones de Madrid, donde estaba estudiando, solía ir a Urgencias del Hospital de Cruz Roja de la calle Matía (Donostia). Solía estar de guardia voluntario, pero en el fondo lo que estaba haciendo era prácticas de mi carrera. Ayudaba en cirugía, atendía en Urgencias y me dejaban dar puntos.
Y, ¿ha seguido vinculado desde entonces a la Cruz Roja?
Tras terminar la carrera estuve de ayudante del doctor Cárdenas en Cruz Roja hasta que me fui de médico a Aretxabaleta. Años más tarde, allá por el 73 – ya estaba trabajando en Donostia en el Hospital Oncológico, donde he desarrollado mi carrera profesional hasta diciembre del pasado año, cuando me jubilé – , me volvieron a llamar para ser director del hospital. Ya había sido muchos años subdirector, pero como director no duré mas que un año porque hubo un conflicto laboral en el que yo estaba más a favor de los trabajadores que de la empresa, y eso parece ser que para ser director no es lo más conveniente. Pero seguí trabajando como cirujano voluntario para Cruz Roja hasta que cerró el hospital.
Y hace 16 llegó a la presidencia. ¿Cómo ocurrió?
- Fue algo curioso. Yo no me he presentado nunca para ser presidente de Cruz Roja Gipuzkoa, pero llevo 16 años. La primera vez me vi presentado. Pasaron cuatro años y me pidieron que siguiera cuatro más. A día de hoy siguen diciéndome que no hay nadie y que siga, pero yo ya he dado un ultimátum.
¿Se ve como una figura vital dentro de la asociación?
- No creo que sea para tanto, lo que sí creo es que puedo representar a Cruz Roja.
¿Cómo era la asociación cuando llegó a la presidencia y cómo es ahora 16 años después?
- Cuando llegué había 1.800 socios y 1.500 voluntarios y me voy con 17.000 socios y 2.500 voluntarios.
Es un incremento más que considerable.
- Sin duda que la sociedad guipuzcoana responde de una manera excepcional. Pero es verdad que al ampliar la labor que se ha hecho Cruz Roja, de centrarse en ambulancias a todo el tema social, es ahí donde ha habido un cambio de estructura que también se nota en los socios. Ahora, por ejemplo, seguimos funcionando con las ambulancias, pero cuando yo me vaya se van también, porque han salido unos concursos distintos con unas bases diferentes, y prácticamente de las ambulancias nos han echado. Ahora van a ser profesionales de empresas privada. Y, ¿qué va a pasar? Que los profesionales de empresas privadas no tienen voluntarios y entonces los cuatro empleados o seis que haya por cada ambulancia tendrán sus turnos y sus horas, y ahora vete y dile un domingo a las siete de la tarde que ha descarrilado un tren en Altsasu. Pero si a él no le toca el turno. Sin embargo, si tienes cien voluntarios (cinco puestos con 20 voluntarios cada uno) en Gipuzkoa, cogen y se van a Altsasu más otros cien de Navarra y otros 50 que vengan de Bizkaia. Todo eso se pierde.
¿A partir de cuando?
- Creemos que será para marzo o abril.
¿Afecta a toda la CAV?
- Sí. No hemos conseguido ninguna concesión. Respecto a lo que he dicho, por ejemplo, Bizkaia estaba sin ambulancias cuando ocurrió el incendio de Ondarroa y, los que más destacaron y se volcaron desde el primer momento, eran todos de Cruz Roja Bizkaia, de las ambulancias que habían estado hasta hace unos meses.
¿Cuál es la respuesta del Gobierno Vasco al respecto?
- Lo único que voy a decir es que no he encontrado a nadie que se haya preocupado por ese tema. Una vez le hice un comentario de refilón a Urkullu, porque se estaba hablando de que se iban a hacer los concursos para las ambulancias, y le dije que debería de primarse tener voluntarios por este motivo, pero se quedó así.
¿Qué es lo que hace inaccesible los concursos a Cruz Roja?
- De entrada, todas las ambulancias van a tener los mismos uniformes, los mismos colores y los mismos emblemas. Yo entiendo que si tú eres Cruz Roja y sales con tu ambulancia, tienes que llevar una Cruz Roja en algún sitio, aunque sea pequeñita. Pues eso tampoco se puede hacer. Así que no pintamos nada. La Cruz Roja no tiene que ser una empresa de servicios, nosotros no tenemos que competir con las empresas privadas en las ambulancias, nosotros tenemos que colaborar con la sociedad. Si se ve las ambulancias como un negocio, pues viva la empresa privada y fuera la Cruz Roja. Otra cosa es que nosotros nos hayamos aprovechado unos años de negocio, pero que nosotros no repartimos dividendo, eso se destina a actividad social.
Así que después de tantos años, cuando ocurra algo no vamos a volver a ver una ambulancia de Cruz Roja.
- No. Bueno, todavía nos dejan seguir con el servicio preventivo en eventos y festejos, pero ya veremos lo que dura. Se ve venir que el día de mañana también serán empresas privadas las que contraten con los ayuntamientos el servicio preventivo y demás. Pero yo no tengo miedo de que la Cruz Roja no tenga dónde intervenir, hoy por hoy eso es secundario. Lo principal que hacemos es preocuparnos de los niños en riesgo de exclusión, de los sintecho, y de los inmigrantes. Y la mayor parte del presupuesto se va en esos capítulos.
¿Qué porcentaje?
- Si vemos la memoria del año pasado, de cada cien euros 40 se destinan a intervención social, 33 a salud y socorros, 11 a administración y gestión…
Sin embargo, ahora la retirada de las ambulancias de emergencia va a acarrear una merma en la inversión social.
- Sí, algo, pero también va a conllevar un cambio. Sabemos amoldarnos y saldremos adelante y hay otros recursos que se conseguirán, así como nuevos proyectos de atención a la sociedad. Por ejemplo, queremos poner en marcha cursos de formación para que los familiares de personas con discapacidad sepan cómo manejarlos en casa. Hasta ahora hacíamos traslados y préstamo de material. Ahora queremos formar a los familiares.
¿Para cuándo?
- Para el próximo año. Y la guinda será que, de vez en cuando, media docena de personas con discapacidad, junto con tres voluntarios, puedan pasar un fin de semana en un hotel rural para dar un respiro a las familias. Hasta ahora hacemos salidas como la de Santo Tomás solo de día.
¿Cuál ha sido la evolución de la asociación en estos años?
- Lo que hemos tenido es un afianzamiento y un desarrollo muy importante de la estructura de la Cruz Roja. Hoy contamos con un departamento de calidad, de prensa, de formación, planes de empleo, un programa de apoyo a mujeres inmigrantes con bebés…
¿Cuántas personas trabajan profesionalmente en la asociación?
- Serán cerca de 200 y en verano casi 300 con los socorristas. Pero el laboral de Cruz Roja es prácticamente voluntario, quiero decir que está entregado a la Cruz Roja. Todos son conscientes de estar haciendo una labor social, y como tal siempre están dispuestos.
¿Ha cambiado mucho el perfil del voluntario?
- Ahora empieza a haber bastante gente mayor para este tipo de temas. Por ejemplo, en Zarategi (Centro Integral de Inmigración), la edad media será de 65 – 70 años. En la medida en que la actividad se ha ido ampliando, también lo ha hecho el perfil del voluntario.
¿Y la gente joven no se implica?
- Sí, también. Pero bueno el perfil depende de la actividad que hagas. Por ejemplo, en Salvamento Marítimo el perfil es muy específico. Son jóvenes muy preparados.
¿La reforma de la sede (situada en Avenida de Ategorrieta) es una asignatura pendiente?
- Llevamos diez años provisionando fondos para hacer una nueva sede. Dinero hay, pero tuvimos que descartar este emplazamiento (el de la sede actual), porque no se puede reformar (todos los colectores de aguas confluyen en la parte subterránea), así que propusimos reformar lo que era la ikastola Ikasbide, en Zorroaga, para que fuera la sede. Y ahora estamos en periodo de papeleo y negociación. La idea es hacer una sede de 2.000 metros cuadrados donde se pueda acoger tanto lo que está aquí como lo que tenemos en Intxaurrondo.
¿Qué retos se le plantean ahora a Cruz Roja Gipuzkoa?
- Yo pienso que hay que participar más en el área social, en el mundo del pensamiento, de la ideología, de los derechos humanos. Hay que atender a las víctimas, sí, pero a los culpables también. Hay que ser de mano tendida y hay que buscar una sociedad más homogénea y sin rencores. La justicia puede ser generosa y ser justa, la justicia lo que no puede ser nunca es vengativa y considerarse justa. Será legal, porque cumple la ley, pero no es justa. Hace falta corazón, buena voluntad para buscar la justicia en los conflictos. En esos caminos, la Cruz Roja tenemos trabajo.
¿Cómo?
- ¡Qué difícil! Lo que no podemos hacer nunca es hacer planteamientos políticos, la Cruz Roja es apolítico. Yo he trabajado toda mi vida como médico (se emociona) en el amor a la humanidad. Cuando ves cosas que suceden, hay que buscar la manera de solucionarlo. Hay gente que aboga por pasar página, pero la página no se pasa, antes hay que leerla, y cuando todos somos conocedores de lo que ha pasado, entonces de común acuerdo se puede decidir pasar página. Pero lo otro es echar tierra encima, que es distinto.
En ese proceso estamos.
- Sí y es difícil buscar el equilibrio. He solicitado que Cruz Roja de Gipuzkoa sea admitida como miembros de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, de la que yo soy miembro. El motivo es crear un foro en el que se puedan tratar estos temas, por supuesto, con la misma visión apolítica por parte de unos y como de otros. Tanto la Real Sociedad Bascongada como Cruz Roja buscan el bienestar de la sociedad. Con ese mismo fin podemos encontrar foros de discusión, de meditación sobre esta serie de temas y ver si surge algo. Es un reto que encaja perfectamente en las motivaciones de Cruz Roja.
Y en este ámbito, ¿se está haciendo algo?
- Para 2016 vamos a organizar un curso de Derecho Internacional Humanitario en la UPV/EHU. Lo que más preocupa ahora en este ámbito es el uso de armas pesadas contra la población civil, los bombardeos de ciudades, las bombas que caen en las escuelas….
¿Qué perfil cree que debería tener el siguiente presidente o presidenta?
- Que sea voluntario y que no crea que hay que hacer grandes revoluciones. Está establecida una marcha que va a más, afianzándose. Cruz Roja Gipuzkoa actual tiene una fortaleza de organización grande, por eso debe buscar algún tema nuevo en el que invertir y amoldarse a los tiempos. Si se van las ambulancias, que se vayan. Siempre tendremos algún hueco donde actuar.
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