Marruecos se ha hecho finalmente cargo de 18 inmigrantes adultos de origen marroquí que durante la madrugada de hoy, 25 de diciembre, fueron detectados en la Isla del Congreso por los legionarios del Tercio Gran Capitán de Melilla pertenecientes al destacamento permanente en el archipiélago de Las Chafarinas.

Según indica la delegación del Gobierno en Melilla, el grupo de marroquíes arribó a la Isla del Congreso en una pequeña embarcación de madera. En total eran 19 hombres de origen marroquí, de los que se pudo constatar que uno de ellos era menor de edad.

El menor ha sido trasladado a Melilla donde se le practicarán, conforme al protocolo establecido para estos casos, las correspondientes pruebas oseométricas a fin de determinar exactamente su edad.

Los inmigrantes, todos en perfecto estado de salud, fueron atendidos desde un principio por las autoridades militares emplazadas en Las Chafarinas, quienes les facilitaron raciones de comida y agua, y les sometieron a un chequeo médico para comprobar su estado de salud.

Con la devolución a Marruecos de los 18 inmigrantes, conforme a lo previsto en la normativa vigente y en el marco de la cooperación con el vecino país, se frenan una vez más los intentos reiterados por las mafias que trafican con seres humanos de abrir nuevas vías de acceso de inmigrantes irregulares a territorio europeo.

El archipiélago de las Chafarinas, de 52 hectáreas distante tres kilómetros de la costa marroquí, lo componen tres islotes: denominados Congreso, Rey e Isabel II. Solo el último se encuentra habitado, por una guarnición de unos 30 militares que integran un destacamento de vigilancia de la Comandancia General de Melilla (CONGEMEL)

La última vez que una embarcación con inmigrantes desembarcó en este archipiélago español fue el pasado 15 de abril cuando siete subsaharianos –tres malienses, dos guineanos, un costamarfileño y un congoleño – llegaron también a la Isla de Congreso.

En aquella ocasión, también fueron devueltos a Marruecos, aunque en diferentes circunstancias, ya que todos procedían de terceros países, algunos de ellos con graves conflictos armados en activo, y se les devolvió de forma ilegal a pesar de que demandaron protección internacional.