Málaga, un destino agridulce

Cinco mujeres inmigrantes cuentan sus historias en un encuentro intercultural celebrado en el Museo Picasso

Diario Sur, melanie stüber, 24-12-2014

«Ande, ande, ande, la marimorena ande, ande, ande, que es la Nochebuena» Joy, Francy, Fadila, UK y Alice; cinco mujeres inmigrantes cantan con entusiasmo este villancico navideño, mostrando que su proceso de integración social y cultural está más que superado. Tanto, que no quieren volver a sus países de origen. No obstante, han querido dar a conocer el lado más dulce de éstos ofreciendo postres y aperitivos típicos durante la celebración de un encuentro intercultural, que tuvo lugar en la mañana de ayer en el Museo Picasso de Málaga.

Destino Málaga

La escasez de oportunidades, los problemas políticos o la pésima atención sanitaria son sólo algunas de las causas que les hizo hacer las maletas, para poner rumbo a España. La elección no podía fallar porque emigrar significaba dejar atrás el hogar y perder para siempre a un padre o una madre. Situaciones inocultables, pero para estas cinco mujeres jamás se convirtieron en obstáculos. «Me fui de Marruecos porque mi hija estaba enferma y tenía la esperanza de que un médico español pudiera salvarla». No pudo. La meningitis era tan aguda que acabó con la hija de Fadila. Cuando esto ocurrió, hace nueve años, estaba embarazada de gemelos y desde el primer momento supo que no quería vivir la misma pesadilla. Sus hijos nacieron en Málaga, «les gusta el fútbol y son buenos estudiantes», dice Fadila. Los tres hijos de Uk (Nigeria) también han nacido en Málaga y han adoptado esta ciudad como suya. Mientras para ella Nigeria significa nostalgia, para sus hijos se trata de un lugar lejano del que han escuchado hablar mucho pero al que, con suerte, viajarán sólo para hacer turismo y conocer a sus abuelos.

Alice asegura que no regresa a la República Checa por su hija. La imposibilidad de encontrar un empleo con el que se sienta realizada ha hecho que el optimismo se convierta en desesperación. «Soy diplomada en Humanidades, pero el idioma me cierra muchas puertas», explica Alice. Francy que hace trece años dejó a su Colombia natal, tampoco lo tiene fácil, está sola y con dos hijos. «Intento mantener a mi familia con trabajos esporádicos», dice Francy visiblemente afectada. Para Joy el sueño de una vida más estable también está empezando a romperse. Lleva más de un año en paro y su familia depende del sueldo de su marido; 515€ al mes.

A pesar de todas las dificultades, aseguran no tirar la toalla. Siguen viviendo lo que un día fue un sueño, para el que compraron billetes de ida pero no de vuelta.

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