La Audiencia Nacional ha absuelto de los cargos principales –asesinato y dirección de organización criminal– al serbio Luka Bojovik, de 31 años, a quien la Policía serbia y la española atribuían ser cabecilla de los Tigres de Arkan y haber matado a martillazos a un compatriota en un piso de Madrid.

Los 41 años de prisión que la Fiscalía pidió para Bojovic se han quedado en una pena de 18 años por integración en banda criminal, depósito de armas y falsedad de documentos oficiales.

Otro acusado, Vladimir Milisavljevic, ha recibido una pena mayor, 21 años de prisión (la que pidió la fiscal), porque a los delitos anteriores se ha añadido en su caso el de encubrimiento. La Audiencia ha declarado probado que Milisavljevic hizo reformas en un piso de la calle Lago Salado para eliminar vestigios del asesinato de Milan Jurisic, muerto a martillazos y luego descuartizado. Parte de sus restos fueron hallados en el río Manzanares.

Otros dos acusados, Sinisa Petric y Vladimir Mijanovic han sido condenados a 15 y cinco años.

La Audiencia, cuya resolución es recurrible, considera probada la existencia de una organización criminal por las armas y objetos de valor hallados en poder de los acusados, pero no se pronuncia sobre la actividad de esa organización en otros países porque la Sala «desconoce con el indispensable detalle» al llamado Clan Zemun o Tigres de Arkan.

Tampoco ha podido concluir de forma «inequívoca» que Bojovic, defendido por la letrada Mar Vega, asesinara a Jurisic. La Sala da más credibilidad al testigo Milos Simovic que a lo que dijo a la Policía serbia Sretko Kalinic (alias Kasapin o Carnicero). Éste atribuyó el asesinato a Bojovic, pero Simovic aseguró «con profusión de detalles» que el asesino fue el propio Carnicero. Una amante de éste dijo, además, que Carnicero no conocía a Bojovic.