El 20 % de los 232 millones de migrantes internacionales en el mundo están en situación irregular debido a la carencia de medios de migración abiertos y seguros, informaron hoy expertos de la ONU en derechos humanos.

Con ocasión del Día Internacional del Migrante, se unieron a esas voces los máximos responsables de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, y del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid Ra’ad Al Husein, quienes denunciaron las situaciones de explotación, discriminación y violencia a la que se enfrentan cada vez más los inmigrantes.

Una de las razones dijeron es el incumplimiento de las normas laborales en los sectores que tradicionalmente son los que utilizan mayor proporción de mano de obra inmigrante, como la agricultura, la construcción y el trabajo doméstico.

A los Estados, que siguen una tendencia de imponer cada vez más barreras de todo tipo a la inmigración, les señalaron que “negar a los inmigrantes y sus familias acceso a la educación, a los servicios de salud y a viviendas adecuadas es moral indefendible” y revela una perspectiva “miope”.

Por su parte, el relator de la ONU sobre los Derechos de los Migrantes, François Crepeau, aseguró que las políticas represivas carecen de efectividad para detener la migración irregular, pues “la necesidad de sobrevivir de las personas siempre es más fuerte”.

Aunque este último año la atención internacional se ha centrado en los más de 4.200 migrantes muertos mientras intentaban cruzar el Mediterráneo, otras cientos de personas han fallecido tratando de navegar en el mar Caribe o el océano Índico.

Asimismo, se han producido tragedias en intentos de migrantes por atravesar desiertos y ríos en Norteamérica y Centroamérica, así como en África.

Según los especialistas de la ONU, “criminalizar a las personas por cruzar o intentar cruzar las fronteras no contribuye en nada a resolver las causas de la migración irregular”.

Por el contrario, sólo aumenta la intolerancia y la xenofobia en las sociedades receptoras, y obliga a los migrantes a acudir a traficantes de personas.

Asimismo, censuraron a los Estados que “consideran las zonas fronterizas como lugares exentos de las obligaciones de derechos humanos”.

A ese respecto, enfatizaron que los intereses legítimos de los Estados en asegurar sus fronteras y ejercer un control migratorio no anula sus obligaciones de respetar, proteger y garantizar los derechos de todas las personas bajo su jurisdicción, independientemente de su situación migratoria.

Según las constataciones de las entidades que trabajan en la defensa de los inmigrantes, muchos de los que consiguen quedarse en el país de destino trabajan en condiciones prácticamente de esclavitud en distintos sectores, según la región del mundo donde se encuentran.

En Asia se trata principalmente de la industria pesquera, en Oriente Medio de la construcción y el trabajo doméstico y en Europa y Norteamérica del procesamiento de carne y actividades agrícolas.

Adicionalmente, las autoridades y los políticos les utilizan como “chivos expiatorios” en tiempos de crisis, sea económica o de seguridad pública.

“Los discursos xenófobos y racistas son comunes a pesar de que está demostrado que no existe vínculo entre la migración y la inseguridad, o entre la migración y el desempleo”, según expertos.

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, con sede en Ginebra, se unió a las reflexiones por el Día Internacional de Migrante, para quienes pidieron siempre un trato humano, aunque sean irregulares.

También indicó la importancia de que reciban información sobre sus derechos en un idioma que entiendan, y que aquellos que huyen de conflictos y persecución tengan un acceso justo a procedimientos de protección internacional, como el asilo.