Las cifras son muy evidentes: entre el tercer trimestre de 2007 y el de 2014, la población extranjera residente en Navarra ha perdido 13.200 puestos de trabajo. Su ocupación se ha reducido un 37,8%, mientras que la autóctona ha sido del 7,53%. Pero, en cualquier caso, desde el sindicato UGT ponen voz a esta situación: “La población inmigrante es más vulnerable y, aunque no todos los empresarios han actuado igual, sí ha habido quienes se han aprovechado de la coyuntura de la crisis para cambiar las condiciones laborales”. Y no precisamente a mejor.

“La desigualdad es muy clara”. La secretaria para la Igualdad y Políticas Sociales de UGT Navarra, Maite Pérez, explica que  este tipo de vulnerabilidad se traduce en trabajo no declarado, reducciones de sueldo, aumentos de jornada y horas sin contabilizar y, en general, contratos precarios. Pero, ¿no es esa la sensación generalizada del empleo que se ha creado con la crisis, como a menudo  han denunciado UGT o CCOO? Sin embargo, Pérez insiste en que, frente a la red que componen las familias navarras para los trabajadores autóctonos, los de origen inmigrante carecen de ese apoyo.

De ahí que este tipo de situaciones generen “exclusión social”, como han denunciado entidades como Cruz Roja Navarra, que insisten en que ahora vuelven a solicitar ayudas familias inmigrantes que hasta la crisis habían logrado una plena integración. UGT atribuye estos datos de paro, además, al hecho de que varios de los sectores que contaban con más mano de obra extranjera, como la construcción o el sector servicios, son los que se han visto más azotados por una crisis que, según denuncia Pérez, continúa, pese a que desde el Gobierno central se hayan lanzado mensajes más optimistas.

UGT expone estos datos coincidiendo precisamente con la celebración, este viernes, del Día Internacional del Migrante. En noviembre de este año, según los datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Navarra tenía 19.845 personas extranjeras afiliadas a la Seguridad Social, lo que supone una caída interanual del 2,34%. Otra cuestión es que esas personas sean conscientes de sus derechos: UGT, a través de su Departamento de Migraciones, atiende cada año a alrededor de 8.000 personas. Las dudas más habituales son cómo deben tener sus papeles en regla, a dónde acudir si se quedan en paro o, también, cuáles son sus derechos sanitarios.

Aunque, ahora, cada vez más, desde el sindicato han detectado un aumento de la población inmigrante que desea hacerse autónoma. De los 19.845 extranjeros contabilizados en la Seguridad Social por el ministerio, 16.923 cotizan en régimen general y 2.922 son autónomos.