Las autopistas alemanas cobrarán peaje a los extranjeros si Bruselas no lo impide

El consejo de ministros a las órdenes de Angela Merkel aprueba esta polémica iniciativa en forma de proyecto de ley pese a ser conscientes de que en sus términos actuales de redacción difícilmente pasará el filtro de la Unión Europea por ser discriminatoria

El Correo, juan carlos barrena, 18-12-2014

El acuerdo de coalición entre cristianodemócratas, socialcristianos bávaros y socialdemócratas en Alemania está plagado de promesas electorales de cada una de las tres formaciones que todas acabaron suscribiendo para gobernar unidas. Como el compromiso de los segundos, la CSU, de introducir un peaje para la circulación de vehículos por las autopistas germanas, hasta ahora gratuitas y las únicas del mundo sin límite de velocidad. El consejo de ministros a las órdenes de la canciller federal, Angela Merkel, aprobó ayer esa polémica iniciativa en forma de proyecto de ley pese a ser conscientes de que en sus términos actuales de redacción difícilmente pasará el filtro de Bruselas por ser discriminatoria con los extranjeros.

El titular de Transportes e Infraestructuras, el socialcristiano bávaro, Alexander Dobrindt, provocó la hilaridad y hasta la carcajada de los periodistas al intentar defenderse de las inquisidoras preguntas que ponían en duda la entrada en vigor del proyecto estrella de la CSU. Preguntado si conoce algún país europeo en el que los conductores vean rebajado el impuesto de circulación en la misma medida en la que pagan un peaje anual de autopistas y carreteras, Dobrindt trató de escurrirse al argumentar que el Gobierno había aprobado dos proyectos de ley independientes y diferenciados: uno por el que su ministerio introduce una tasa de infraestructuras o peaje universal para todos los vehículos que circulen por Alemania y otro del Ministerio de Finanzas para rebajar el impuesto de circulación a los vehículos matriculados en Alemania. Casualidad, en la misma cantidad que supone la tasa.

Lo uno no tiene nada que ver con lo otro, vino a decir con semblante serio Dobrindt entre las risas de los representantes de los medios, que no se explican la ingenuidad (o cara dura) del ministro al pensar que ese trato discriminatorio hacia el resto de los europeos no será castigado por el Tribunal de Justicia Europeo en cuanto sea denunciado. No hace falta que sea un gobierno, basta que lo haga un conductor estonio, portugués o croata. Para el político bávaro, el sistema de peaje ideado, que funcionará en base a pegatinas anuales, mensuales o semanales como en Austria o la República Checa, será «honrado, práctico y justo». La diferencia con estos países es que esa tasa es la misma para todos, como será en Alemania a partir de 2016, pero los conductores de esos Estados no se benefician de una rebaja de su impuesto de circulación.

El ministro no quiso ni oír hablar de su campaña electoral en la que la CSU prometió «un peaje para los extranjeros» que circulan por unas carreteras alemanas cuyo mantenimiento cuesta un Congo. Desde entonces, Dobrindt evita hablar de ese «peaje para extranjeros», término que ha convertido en un alarde de virtuosismo lingüístico en «tasa de infraestructuras».

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