El laborismo británico elude la inmigración

La filtración de un documento que pide a los candidatos evitar el tema eclipsa el discurso. Ed Miliband quiere penar con cárcel a los empresarios que exploten a extranjeros.

El País, Pablo Guimón, 15-12-2014

La jornada de ayer empezó francamente mal para Ed Miliband, el líder del Partido Laborista al que últimamente todo parece salirle mal. Se disponía a presentar la segunda de las cinco promesas electorales clave de su partido de cara a las elecciones de mayo. La primera, la semana pasada, fue sobre el déficit; la segunda, ayer, versó sobre inmigración: no quería dejar dudas sobre lo “muy en serio” que se toman los laboristas un asunto que escala posiciones en la lista de preocupaciones de los británicos, arrastrado por el partido populista UKIP. Pero ayer, antes de su discurso en Norfolk, Ed Miliband hubo de enfrentarse a una de esas noticias que le atragantan a un político el desayuno: la filtración al Daily Telegraph de un documento interno de 33 páginas, titulado Hacer campaña contra UKIP, en el que la cúpula del Partido Laborista aconseja a sus diputados no sacar el tema de la inmigración cuando estén buscando votos, porque eso podría hacerles perder las elecciones. Un tiro por la culata de antología.

El ruido generado por la filtración restó vigor a la promesa estrella de un discurso que supone un endurecimiento de la política de los laboristas hacia la inmigración. Si gana las elecciones, Ed Miliband perseguirá con mano dura a los empresarios que pagan a los trabajadores inmigrantes menos que a los británicos. Un futuro Gobierno laborista convertiría esa práctica en delito castigado con penas de cárcel. “Hay empresarios que traen trabajadores bajo coacción o engaño y les pagan salarios significativamente más bajos con peores condiciones laborales”, aseguró Miliband.

En Reino Unido, según las estadísticas oficiales a julio de este año, hay 236.000 trabajadores que cobran por debajo del salario mínimo, y un 11,9% de ellos son inmigrantes. Según datos publicados este mes por la Organización Mundial del Trabajo, los inmigrantes ganan un 8,4% menos que los británicos de media, a pesar de que poseen prácticamente la misma formación y experiencia. Ante al fracaso del Gobierno de coalición en cumplir su promesa de reducir la inmigración –el saldo neto alcanzó la cifra récord de 260.000 personas, un 43% más que el año pasado – , el líder de la oposición plantea una estrategia diferente: perseguir a los empresarios defraudadores. Los críticos señalan la dificultad de probar que se ha producido un abuso.

Miliband – que afirmó que “abandonar la Unión Europea sería un desastre” – se mostró partidario de limitar el acceso a las prestaciones sociales en el Reino Unido a los inmigrantes de la UE e impedir que reclamen prestaciones no laborales durante sus dos primeros años en el país. El anuncio se produce dos semanas después de que el primer ministro, David Cameron, anunciara un durísimo paquete de medidas para controlar la llegada de inmigrantes europeos.

De las cinco promesas clave del programa laborista para las elecciones, Miliband ha empezado por el déficit y la inmigración. Despeja así el camino para centrarse en 2015 en los terrenos fuertes del laborismo, como la sanidad pública. El déficit y la inmigración son precisamente los dos temas que Miliband olvidó mencionar en su discurso sin papeles en el congreso del partido el pasado mes de septiembre. Dos asuntos llamados a centrar la campaña electoral y que hoy por hoy capitalizan, respectivamente, los conservadores (la economía) y UKIP (la inmigración).

Por eso es tan dañina la filtración de un documento que Miliband definió ayer como “mal redactado y sacado de contexto” y que, según su entorno, el propio líder no había suscrito. El documento recomienda a los candidatos “cambiar de conversación” si los votantes quieren discutir el tema de la inmigración, y centrarse en áreas como la vivienda o la sanidad pública. Según la última encuesta, publicada este domingo por el Sunday Times, los tories y los laboristas empatan con un 32% de intención de voto, seguidos por UKIP con el 16%.

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