La oposición en pleno rechaza la reforma de ley de seguridad ciudadana, la llamada “ley mordaza”, que hoy obtiene la luz verde en el Congreso de los Diputados para su tramitación en el Senado. Todos los grupos parlamentarios, salvo el PP, han mostrado su descontento con una norma que sancionará, entre otros, a quienes graben a policías en acción durante las manifestaciones o a quienes protesten frente al Parlamento sin comunicación previa. Por otro lado, se legalizarán las ‘devoluciones de inmigrantes en caliente’ en las fronteras de Ceuta y Melilla. Frente a las evocaciones al franquismo que han puesto sobre la mesa los portavoces, el ministro del Interior ha insistido en que sólo la “ignorancia o la mala fe” puede guiar a quienes se oponen a la modificación.

“Es un magnífico instrumento”, ha sostenido Jorge Fernández Díaz, para quien sólo “los violentos deben temer” la normativa. “Que los ciudadanos pacíficos estén tranquilos”, ha concluido. Mientras, el diputado popular, Conrado Escobar, ha reiterado que su partido ha incorporado en el texto “todas las sensibilidades” de las asociaciones con las que se ha reunido. “Hemos asistido a un numerito más: todos contra el PP”, ha aseverado, convencido de que al Ejecutivo le asiste la defensa de la libertad. “Escuchar, no gritar es lo que se debe hacer en democracia, la seguridad es el bien jurídico a proteger”, ha zanjado.

El socialista Antonio Trevín ha pedido la retirada de la reforma. Lo demanda, a su juicio, el 82% de la ciudadanía, el mismo porcentaje que rechazó, ha recordado, la guerra de Irak. “No terminan de aprender”, ha asegurado. Además reclama: “No castiguen a la Guardia Civil y a la Policía con la ingrata obligación de ser la mordaza que impide la protesta contra el PP. No les devuelvan a un pasado que han superado con brillantez innegable”. Entiende el PSOE que el Gobierno “castigará más y con menos garantías” y que al Ejecutivo le incomodan los jueces, “especialmente cuando les investigan”. “En democracia hay que vivir con las protestas y los jueces incómodos”, ha sentenciado Trevín la semana en la que se ha discutido sobre la necesidad de que el juez Ruz continúe en el juzgado de instrucción número cinco hasta el cierre del caso Gürtel y el caso Bárcenas.

De “perversidad” les ha acusado a los miembros del Gobierno Joan Tarda, de ERC, quien ha ironizado con nuevos uniformes grises para las Fuerzas de Seguridad. Y con el carné de identidad en la boca y las manos en alto, el portavoz de Compromís ha escenificado su denuncia y ha escuchado “insultos” desde la bancada popular. “Añoran con fervor el tiempo del silencio de los corderos”, ha protestado Joan Baldoví. A él se han sumando los diputados de la Izquierda Plural que temen que se resucite “el viejo tribunal de orden público”. Con Cayo Lara a la cabeza, los representantes de este grupo se han puesto en pie con mordazas en la boca y han sido apercibidos por el presidente del Congreso, Jesús Posada. “Lo que no podrán impedir – ha concluido el BNG – es que los ciudadanos se manifiesten en las urnas. No tendrán más remedio que acatar la protesta más sonora”.

Un grupo de ciudadanos, el Coro del 15 – M, ha sido expulsado de la tribuna de invitados tras entonar ‘La canción del Pueblo’ del musical ‘Los Miserables’.