Un cementerio marino

3.419 personas han muerto en el Mediterráneo desde el pasado mes de enero

La Voz de Galicia, maría signo, 11-12-2014

La ruta más peligrosa del mundo es el Mediterráneo. De las 4.272 personas que murieron al huir de sus países este año, la mayoría tratando de escapar de la guerra, 3.419 se dejaron la vida en este mar. Son los datos del informe que el Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) ofrecía ayer en Ginebra y que baten récords por su elevado número. No es fácil concretar la cifra de personas que en todo el mundo se han exiliado de sus países, pero la organización de la ONU estima que son cerca de 348.000. Y estima que 207.000 consiguieron atravesar el Mediterráneo, lo que supone una cantidad tres veces superior a la del 2011.

Las causas de este aumento están sobre todo en el recrudecimiento de los conflictos de Siria, Irak y Libia, pero no se pueden olvidar otros motivos, como la persecución política y la miseria. Cerca del 80 por ciento de los intentos de cruzar el Mediterráneo parten de las costas libias, por lo que los países a los que más afecta la oleada de refugiados son Italia, Malta y España. Casi la mitad de los que lo intentan son sirios y eritreos. Así, fueron 60.051 los sirios que consiguieron llegar a las costas italianas huyendo de la guerra civil que desde hace tres años se vive en su país, mientras que los eritreos que escaparon de la represión suman 34.561.

Para el director de la agencia, Antonio Guterres, la comunidad internacional se está centrando en evitar la llegada de los extranjeros y olvida la obligación de concederles asilo. «Esto es un error y una reacción equivocada , sobre todo en tiempos en los que un número récord de personas huye de las guerras» criticó Guterres. «No se pueden utilizar medios de disuasión para impedir a una persona de huir para salvar su vida sin riesgo de que aumenten el peligro que asume. Hay que hacer frente a las causas, lo que significa analizar por qué la gente huye», aseguró el comisario, quien insistió además en la necesidad de tener sistemas adecuados para atender las llegadas.

Es la misma línea que ya el papa Francisco señaló en su discurso ante el Parlamento Europeo en noviembre cuando pidió al Viejo Continente que elabore una política migratoria unificada y justa e insistió en que los miles de refugiados que llegan a sus costas necesitan ayuda y no «políticas egoístas que generan conflicto social».

Hasta ahora ha sido Italia la nación que ha llevado el peso de la ayuda a los inmigrantes a través de la operación Mare Nostrum, con la que se salvaron miles de vidas. Pero sin el apoyo de los socios europeos, no está dispuesta a mantenerla. En noviembre, la agencia de protección de fronteras, Frontex, dio inicio a la nueva operación Tritón, criticada por las organizaciones humanitarias, que consideran que está centrada sobre todo en la salvaguardia de las fronteras y no en el rescate de personas.

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