El 24 de septiembre del 2013, una niña rumana fue liberada por la

Policía Nacional de una presunta red de trata de blancas que la estaba obligando a prostituirse en el club La Perla de A Escravitude

(Padrón). Aquel fue el mayor éxito de la Brigada de Extranjería de Santiago en un año en el que en toda España se desarrolló una campaña contra los grupos criminales de proxenetas. Ese fue su primer rescate. Ahora necesita un segundo, porque todo apunta

a que está siendo coaccionada por la misma red que la explotó sexualmente para que se retracte de sus acusaciones y declare a favor de los dos acusados en este caso, uno de ellos Manuel Montoto, conocido empresario de Lalín, que están siendo juzgados en la Audiencia.

La niña no se presentó el pasado el día 2 a la primera jornada del juicio. Era la testigo de cargo y su testimonio resultaba fundamental. Para estos contratiempos, frecuentes cuando hay extranjeros de por medio, existen las pruebas preconstituidas. Se visionó y escuchó la declaración que la menor hizo en su día al juez de instrucción. Sus palabras encogen cualquier estómago. Relató como llegó a Medina del Campo (Valladolid) creyendo que iba a trabajar cuidando a un niño y que allí la obligaron a prostituirse en el club Jamaica. Quiso huir y pidió ayuda a un rumano del mismo pueblo que ella, que le propuso venir a Santiago y trabajar en una casa. Aceptó, pero era otro engaño. Al día siguiente de su llegada en bus, ya estaba en el club La Perla. Otra vez atrapada, sola y sin documentos, porque se los quitaron. Tampoco, según explicó, tenía teléfono y solo la dejaban ir del piso en el que vivía con uno de los acusados, el rumano Danut Stoica, al trabajo, siempre vigilada, en el establecimiento que regentaba el

otro acusado, el lalinense Manuel

Montoto Quinteiro.

Con este testimonio y los de otros testigos y peritos, los acusados tenían difícil salir airosos del brete. Especialmente Danut

Stoica, para el que la fiscal solicita doce años de cárcel y está en prisión preventiva para evitar que se fugue. A Manuel Montoto, un conocido empresario de

Lalín que llegó a presidir el club de fútbol de la capital dezana, le pide ocho años.

La segunda jornada del juicio, que debía ser la última, se vio interrumpida el pasado miércoles cuando la niña rumana se puso en contacto con la abogada de Danut Stoica para informarle de que quería declarar y que estaba dispuesta a retractarse de sus anteriores acusaciones. La menor habló con la letrada desde el teléfono móvil de un hermano del acusado, lo que pone de manifiesto que se encontraba en ese mismo momento con él en Bucarest,

la capital de Rumanía.

La Audiencia de Santiago ha aceptado oír la nueva declaración de la niña rumana, pero las sospechas de que la chica pueda estar siendo coaccionada por la misma red que la obligó a prostituirse son evidentes. No solo para la Policía Nacional, que está trabajando con la policía rumana para interesarse por el estado de la menor, sino también para la Fiscalía compostelana, que ha hecho lo propio para solicitar la protección de la presunta víctima e intentar que su testimonio cuente con las mayores garantías posibles.

Pese a los esfuerzos de la policía española y de la Fiscalía, es evidente que resultará casi imposible que la chica, que ahora tiene 16 años, está embarazada y hay constancia de que ha vuelto a ejercer la prostitución, pueda declarar sin temor a represalias de la red que la captó en su pueblo para prostituirla en España. Tanto las que puedan tomar contra ella como las que pudieran emprender contra su familia. Fuentes de la policía de Rumanía señalan que tienen firmes sospechas de que, además de las coacciones, a la menor le han ofrecido dinero para que declare a favor de los acusados.

Efecto sobre el caso

¿Cómo afectará al caso su declaración si ahora es exculpatoria para los acusados? Evidentemente, es un contratiempo para la fiscal del caso, pero no supone que todo esté perdido. Como cualquier otra prueba que se practique durante la vista oral, es al tribunal al que le corresponde valorarla y otorgarle o no credibilidad. La incógnita sobre qué dirá ahora la víctima se resolverá hoy martes, cuando testificará por videoconferencia desde Bucarest. El final de este asunto deberá esperar un poco más. Hasta que la Audiencia de Santiago dicte sentencia. Solo entonces se sabrá hasta qué punto se ha frustrado una operación policial ejemplar.

Declarará hoy por videoconferencia y se sospecha que le pudieron ofrecer dinero

Uno de los dos acusados es el empresario lalinense Manuel Montoto Quinteiro