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“No vayan a visitar a sus familias a México por Navidad, por si acaso”

Los casos particulares de los inmigrantes son tan diversos que muchos aún no pueden saber si entrarán en la reforma migratoria de Obama.

El País, Pablo Ximénez de Sandoval, 09-12-2014

Las medidas ejecutivas del presidente Barack Obama sobre inmigración van a beneficiar a entre cuatro y cinco millones de inmigrantes indocumentados, según estimaciones. Pero entre esos millones de personas cada uno tiene sus propias circunstancias. Los hay que cumplen exactamente las condiciones enunciadas por el presidente para no ser deportado (estar en el país desde antes del 1 de enero de 2010 y ser padre de hijos estadounidenses), pero los casos son tan variados que para muchos ahora mismo hay más lagunas que certezas.

El pasado sábado Carecen, una de las organizaciones de inmigrantes con más solera de Los Ángeles, organizó uno de los primeros foros de la ciudad para contestar dudas. El abogado Daniel Sharp podía asegurar que “si tuvo un hijo después del 20 de noviembre (fecha del anuncio de Obama), está fuera, pero si su hijo nació la noche que el presidente lo anunció, está bien”. Pero aparte de eso, los expertos más que respuestas, por ahora lo que tienen son recomendaciones.

El presidente Obama anunció sus medidas en televisión y dio unas directrices generales. La Casa Blanca publicó después algo más detallado por escrito. Pero la realidad es que aún no existe un formulario, ni un pliego de condiciones, y la casuística es infinita. Por lo que hay mucha gente que aún no sabe si puede dejar de temer a la policía o no. “Las reglas se están definiendo en este momento”, dijo Sharp a una audiencia de más de cien personas.

Por ejemplo, Ana Laura Cornejo cuenta que llegó a Estados Unidos en 2008 con una visa de turista. Tuvo un hijo prematuro, de 25 semanas, en California, y tuvo que quedarse aquí por la hospitalización del niño. Cuando pudo, se volvió a México. Pero ha estado volviendo a California para los tratamientos de su hijo. Hace cuatro meses que volvió definitivamente. Su visa de turista siempre ha estado activa, por tanto no está ilegal. Pero tiene un hijo estadounidense de 7 años, ha estado aquí desde hace cinco, entrando y saliendo, y estaba aquí el día del anuncio. ¿Califica para este programa o no? Y otra duda más. Su visa vence en febrero, antes de que se sepan los detalles de la reforma. ¿Es mejor volver a México o quedarse?

Otra chica contaba que estaba convencida de haber caído por una rendija entre el programa Daca (protección contra deportación a los que llegaron como menores) y el programa Dapa (la nueva medida, que protege a los padres de ciudadanos). Entró en el país con 17 años en 2009 y no calificó para el primero. Ahora no califica para el segundo solo porque no ha tenido hijos en este tiempo.

Diana González quería saber si su madre, de 62 años, podrá optar al programa sin saber inglés. Está en el país desde 1993, “nunca ha sido deportada y no tiene delitos”. Vino con sus cinco hijos, de los cuales tres son residentes legales. ¿Vale con que los hijos sean residentes o tienen que ser ciudadanos? ¿Le dejarán entrar en el programa sin saber inglés?, eran las dudas de González.

Mientras, Marcela Parra quería saber si califica su prima. La deportaron en 2002, pero volvió a entrar ilegalmente antes de 2010 y ahora tiene dos hijos nacidos aquí. ¿Aquella deportación contará como un antecedente que le impida calificar?

“Piense bien lo que hizo el 20 de noviembre o en una fecha cercana”, era otra de las recomendaciones de Sharp. Busquen recibos de un aparcamiento, de un médico, de un supermercado, lo que sea. Los solicitantes deberán demostrar que estaban en el país el día del anuncio del presidente.

Si ha salido del país, ¿queda registro?, preguntaba una señora. ¿Afecta? “Alguien que salió y volvió antes del 1 de enero de 2010 debería calificar”, decía Sharp. En cualquier caso, lo más importante es no ocultar información en el momento de la solicitud. Si hay una salida del país, una multa por conducir ebrio o algo parecido, “enfréntelo”. “Este es el momento de poner en orden muchas cosas de la vida”, recomendó.

Entre los pocos consejos que podía dar Sharp el sábado destacaba este: “No vayan a ver a sus familias a México por Navidad. Piensen bien. Da pena, pero tienen que estar de forma constante en el país desde el anuncio del presidente”. Aunque duela, dijo, no se arriesguen. Nadie sabe ahora mismo si las personas que califican para este programa pueden salir del país y volver a entrar. Podrán en el futuro, ¿pero ahora? Toda prudencia es poca. Todavía no es momento de celebrar nada, vienen a decir los abogados, sino de recoger toda la información posible, no cometer errores y estar atento a las novedades.

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