Los guardias civiles de la tragedia de Ceuta dicen que el uso de material antidisturbios fue «gradual»

El informe presentado al juez dice que no se tomaron más vídeos ni fotografías que los mostrados por el Ministerio del Interior

Las Provincias, EUROPA PRESS , 07-12-2014

Los agentes de la Guardia Civil que participaron en el operativo desplegado el pasado 6 de febrero en la playa ceutí de El Tarajal, cuando 15 migrantes murieron intentando llegar a nado a suelo español, han defendido ante el juez que el uso de medios antidisturbios fue “gradual” y en ningún caso de dirigió contra las personas. Así lo recoge el informe que la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil en Ceuta ha remitido al juzgado de instrucción que investiga la muerte de los cinco migrantes cuyos cuerpos fueron rescatados en aguas españolas. El documento contiene toda la información que la Benemérita ha remitido al juez hasta la fecha.

Según explica, aquel día estaba vigente la Orden de Servicio de Protección del Perímetro Fronterizo Hispano Marroquí, una instrucción del año 2011 que establece ante la aproximación de inmigrantes, “un procedimiento de intervención gradual” por parte de las fuerzas de seguridad españolas. Este procedimiento empieza por un silbato con pitadas largas al que puede seguir, tras “una salva inicial al aire”, el “lanzamiento real de pelotas de goma”. Dice que “la utilización de botes de humo se hará solamente como último recurso”.

El informe concluye que se siguieron los pasos, pues antes usar las pelotas de goma y los botes de humo se activaron sirenas, rotativos y salvas. “Posteriormente a los avisos, se utiliza material antidisturbios, pero si bien en un principio el uso de los mismos fue para evitar el acceso a las aguas españolas, al observar el caso omiso de los inmigrantes ante estas medidas (…) deciden el lanzamiento de estos medios al agua, pero no como medida represiva o que causara daño”, explica.

Esta es la misma tesis que sostienen todos los guardias civiles que hicieron uso del material antidisturbios. En sus declaraciones judiciales aseguran que el lanzamiento se produjo hacia el agua, no contra las personas, guardando una distancia prudencial y con el fin de orientarles hacia la orilla para que no se adentrasen en el mar ni nadasen en paralelo a la playa hacia aguas españolas. Varios aseguran que sus lanzamientos no impactaron contra ninguna persona.

Uno de los agentes declara además que lanzó dos botes de humo tras comprobar que “un grupo grueso de nadadores se alejaba mar adentro” y lo hizo “en forma de parábola, para que caiga por la parte posterior de los nadadores” con el fin de “cortar su progresión” formando “una pequeña cortina de humo”. “Los efectos disuasorios que se pretendían no se consiguen, por lo que no vuelve a realizar el lanzamiento de botes de humo ni de ningún otro medio”, manifestó.

Inventario

De las declaraciones de los agentes no se puede deducir el número de pelotas de goma que se dispararon aquella mañana, pues mientras algunos precisan que fueron dos o tres los lanzamientos, otros no concretan una cifra. Según declaró en el Congreso el secretario de Estado de Seguridad el pasado mes de marzo, se dispararon “145 pelotas de goma, cartuchos de protección y cinco botes de ocultación”.

Según el informe, “no se entregó ningún material específico para el desarrollo de las operaciones el 6 de febrero”, cuando los agentes hicieron uso del que habitualmente portan. En este sentido, detalla que el grupo de la Compañía Rural de Ceuta movilizó 13 vehículos, en cada uno de los cuales había un arma con bocacha (adaptador) para lanzamiento de medios antidisturbios y una bolsa con 20 pelotas de goma, cuatro “botes lacrimógenos” y 40 cartuchos de fogueo.

Además, el personal del módulo de intervención rápida integrado por agentes de la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS) del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), una unidad de apoyo procedente de Sevilla, “hizo uso de 9 bocachas” con otras tantas mochilas en cuyo interior había 20 pelotas de goma, 6 botes de humo “de ocultación” y dos cargadores con 20 cartuchos de fogueo.

En total, 16 agentes manejaron las bocachas y no se utilizaron todos los medios. Uno de los agentes declaró haber gastado en torno a “un tercio” de las pelotas de goma de las que disponía. Otros reconocieron haber compartido el continente de la mochila, depositada en el suelo para facilitar la labor. También hubo agentes que movilizaron hasta la playa los medios pero no llegaron a utilizarlos. Sí incide el informe en que ninguna de las embarcaciones en el agua aquella mañana disponía de este tipo de material.

Las cámaras no grabaron nada

En el inventario se detalla asimismo que en el momento de los hechos había un agente situado en la torre de vigilancia del espigón del Tarajal que operaba con una cámara térmica y otro en la playa próxima a la barriada de Miramar de Ceuta con otra cámara, también térmica. Explica que estas cámaras “no tienen posibilidad de grabación”.

Existían además otras cámaras que sí tienen posibilidad de realizar fotografía y vídeo “a demanda del operador”, pero “no se efectuó ni fotografía ni grabación alguna puesto que desde sus puntos de ubicación no se tenía visión de la zona en la que se producen los hechos”, conforme trasladó la Compañía de Seguridad Ciudadana de Ceuta a la Policía Judicial.

Es el caso de los equipos denominados ‘Búhos’, que tienen cámaras térmicas con capacidad de grabar y fotografiar. El Búho – 1 no realizó fotografías ni vídeos durante el intento de intrusión, aunque bajó “a apoyar a grada – 1”, localización que el informe fija en un mapa justo frente al espigón del Tarajal. A partir de las 05.00 horas utilizó otro modelo de cámara técnica que no tenía capacidad para grabar.

Búho – 10 también tenía capacidad de grabación, pero no lo hizo porque era “responsable de la zona Alfa y Bravo del perímetro fronterizo, no teniendo visión sobre la playa de El Tarajal”. Búho – 2, con la misma capacidad técnica, tampoco tenía visión de la playa porque se encargaba de la zona de Bellionech.

El informe responde al requerimiento del juzgado, que pedía más imágenes, que por ello “no se pueden aportar nuevas grabaciones donde se recojan los hechos”, más allá de las que fueron entregadas inicialmente, las mismas que puso a disposición del público el Ministerio del Interior en su página web, captadas desde dos cámaras térmicas y la de vigilancia del SIVE.

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