Córdoba / PERDONEN LAS MOLESTIAS

ULTRAS Y TROGLODITAS

ABC, ARIS MORENO, 05-12-2014

Todo este espectáculo dantesco del Manzanares es la consecuencia natural de una cultura a la que no se ha puesto freno

SINCERAMENTE, no nos esperábamos que el señor propietario del Córdoba CF fuera a reaccionar con tanta inmediatez al asesinato del hincha del Manzanares. Ni con tanta inmediatez ni con tanta contundencia, para ser exactos. El club ha hecho público un comunicado anunciando que expulsará a los abonados que se dediquen a insultar o a proferir amenazas en el terreno de juego. Como medida profiláctica, nos parece impecable. Teniendo en cuenta, además, que en esta materia navega el presidente a contracorriente.

Otra cosa es su aplicación. Si ejecuta al pie de la letra la nueva normativa, habrá partidos en que los servicios de seguridad tendrán que echar horas extras. Toneladas de horas extras. Sobre todo en la funesta temporada que enfilamos. Sentimos decirlo con toda crudeza. Aplaudimos la medida, presidente, pero hay días en que el estadio es un diluvio de invectivas a cada cual más zafia. En esas condiciones, se nos hace difícil visualizar la aplicación práctica de la disposición que acaba de hacer pública.

En el fútbol se concitan las pasiones más bajas del ser humano. No nos pregunten por qué pero hay tardes en que parece que han dado rienda suelta a todos los trogloditas de la comunidad autónoma. Es cuando el espectáculo no está en la filigrana de Messi o en la arrancada sideral de Cristiano Ronaldo sino en la grada. En el tipo que le tira un plátano a un lateral africano o en la hinchada que imita obscenamente a un mono para desconcentrar al rival.

El fútbol podría ser un arte geométrico si no fuera por esta gentuza. Por el racismo rampante que exhiben, por su homofobia fuera de tiempo, por el odio insoportable que destilan sin pudor alguno. Que se lo pregunten a los árbitros. Hay muchos tipos que compran la entrada de cada domingo para poder evacuar la bilis que ha acumulado durante la semana en el primer juez de línea que se encuentran.

Todo este espectáculo dantesco del Manzanares es la consecuencia natural de una cultura a la que no se ha puesto freno. Diríamos que incluso se ha alentado desde las rancias estructuras de los clubes de fútbol. En este contexto, la nota del Córdoba CF nos reconforta. Más por el gesto que por las posibilidades reales de su ejecución práctica.

En el «stablishment» futbolístico estamos acostumbrados a dos tipos de respuestas ante la recurrente violencia de los ultras. La tibieza o los golpes de pecho. La tibieza porque los chicos del fondo sur (o del fondo norte) son, al fin y al cabo, la tropa leal que nunca abandona el barco, salvo para hundirlo, naturalmente. Y los golpes de pecho para aparentar contrariedad y que están dispuestos a cortar por lo sano, esta vez sí, y acabar por dejarlo todo tal como está.

Ahí tienen el caso del Atlético de Madrid. O del Deportivo. El club acaba de anunciar que va a expulsar al Frente Atlético del estadio como peña oficial. De lo que se deduce de forma inequívoca que este grupo que lleva protagonizando algaradas poco edificantes desde su fundación era hasta hoy considerado peña oficial. O sea, que ha sido tolerado, amparado y, previsiblemente, jaleado por la institución colchonera a lo largo y ancho de su productiva historia.

En esas estamos. En modo golpes de pecho cada vez que aparece un cadáver en las aguas del Manzanares.

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