pamplona – El Tribunal Supremo ha confirmado la condena impuesta en enero de este año por la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Navarra de tres años de prisión para los dos acusados de haber realizado una hoguera en una zona de monte entre Falces y Peralta y las llamas se propagaran por superficie arbolada y obligaran incluso al desalojo de mil personas en la localidad de Peralta. Las defensas de los acusados, de origen marroquí, Mohamed C., de 37 años, y Hassane E.O., de 39 años y vecinos ambos de Falces, habían presentado recurso de casación ante el Supremo disconformes con la pena que se les impuso, pero el Alto Tribunal ha desestimado sus alegaciones.

De esta forma, los procesados también han sido condenados a pagar 645.544 euros, que es el gasto ocasionado por el trabajo de los bomberos y vehículos aéreos y terrestres desplazados al lugar (173.226 euros); al Ministerio de Medio Ambiente por los medios desplegados (472.318 euros); otros 54.110 euros por los trabajos de restauración que llevó a cabo el Gobierno de Navarra en las 240 hectáreas quemadas por el fuego, además de 2.500 euros que corresponden a 50 toneladas de paja que ardieron y otros 878 euros a un vecino al que le destruyeron 19 colmenas. Todas estas indemnizaciones quedaron en saco roto porque los acusados ya se declararon insolventes y así lo confirmó la sentencia de la Audiencia.

El fallo ahora ratificado revela que los dos procesados causaron el fuego al encender una hoguera en Falces para quemar unos restos de cordero que habían sacrificado. El problema fue que el día que realizaron la quema, un 11 de agosto de 2010, en la zona en la que lo realizaron había altas temperatura. Así viene reconocido en la sentencia, en la que se manifiesta que “los acusados procedieron a la quema pese a conocer que hacer fuego en el lugar estaba prohibido y que existía un alto peligro de propagación del fuego al arbolado colindante”.

FUERON ADVERTIDOS POR un policía De hecho, dos días antes de que sucedieran los hechos, un policía local de Falces informó a los acusados de las quejas existentes por parte de los vecinos cercanos por matar animales y “hacer después fuego y les apercibió expresamente del peligro de propagación que existía, indicándoles que se abstuviesen de realizar hoguera alguna en el mencionado lugar”.

En un momento dado, por las altas temperaturas, la sequedad extrema que imperaba y el hecho de que se levantara viento del norte, el fuego de la hoguera se extendió a la zona de matorral colindante, avanzando rápidamente por los cortados del río Arga hasta un pinar existente en el lugar. Al ver la propagación del incendio ambos acusados salieron corriendo del lugar. El fuego era ya incontrolable. Avanzó hacia el sur, quemó arbolado, matorral y matojo hasta llegar a Peralta donde alcanzó varios pinares del barranco de Vallacuera, luego saltó al barranco de la Atalaya y también afectó al pinar allí existente. – E.C.