El informe I nternational Migration Outlook 2014 revela también que España es el país de la OCDE que tiene un mayor porcentaje de ninis inmigrantes poco cualificados. Esto significa que uno de cada cinco extranjeros de entre 15 y 24 años ni estudia ni trabaja y presenta muy bajos niveles de estudios. Es el 20%, frente al 13% que supone este porcentaje entre los jóvenes españoles.

Los ninis extranjeros poco cualificados son chicos y chicas que emigraron a España antes de cumplir los 15 años, acompañando a sus padres, y que les faltan cualificaciones básicas porque no van a la escuela y tampoco trabajan. Fueron educados durante unos cuantos años en el sistema español, pero no han adquirido las suficientes aptitudes para desenvolverse en un entorno laboral muy básico.

«Esto es muy preocupante, porque no tienen la suficiente titulación para entrar en el mercado laboral y van a tener muchas dificultades cuando la situación mejore. Si uno es nini , pero está bien formado, tendrá menos problemas que un nini que no se haya formado lo suficiente», advierte el experto de la OCDE Thomas Liebig.

No en vano, este organismo señala que un «reto» que debe resolver España es «la empleabilidad a largo plazo de los inmigrantes poco cualificados», que, en su opinión, van a ser más difíciles de recolocar que los españoles cuando la crisis nos brinde un respiro.

En este sentido, entre los ciudadanos de todas las edades con bajas cualificaciones, hay más inmigrantes que españoles. Es gente que tiene problemas para expresarse, escribir o leer en castellano y esto a la OCDE le ha «sorprendido»: «Es algo que pasa en muchos país es, pero no pensábamos que fuera a ocurrir tanto en España, que tiene una elevada tasa de hispanoparlantes», explica Liebig.

La OCDE ha utilizado sus grandes bases de datos educativas – es autora, entre otros, del Informe Pisa y del conocido como Informe Pisa para adultos – y ha cruzado estas estadísticas con las cifras migratorias.

Y entre ellas hay una muy reveladora que indica que, si los inmigrantes llegan a España entre los seis y los 11 años de edad, sus resultados en las pruebas de lectura del Informe Pisa (que se realizan cuando tienen 15 años) son bastante mejores que las que obtienen si se instalan aquí después de cumplir los 12 años.

Hay otro apartado relacionado con los estudiantes internacionales, que se consideran dentro de lo que se llama inmigración temporal. Las cifras indican que han subido estos estudiantes en España, de los 299.000 registrados en 2005 a 429.000 en 2012.

« En el informe se da una gran importancia a ver cómo los estudiantes internacionales son activamente cortejados por los diferentes países, dado que aportan una gran riqueza, no sólo a las universidades donde estudian, sino a las ciudades a las que llegan», apunta Diego Acosta Arcarazo, profesor titular de Derecho Europeo en la Universidad de Bristol (Reino Unido).

Acosta Arcarazo, que actualmente trabaja en el Proyecto sobre Perspectivas para la Gobernanza Internacional de las Migraciones, resalta del informe tres ideas que considera esenciales: «Las migraciones son cíclicas; siempre existen incluso en momentos de crisis, dado que ningún país produce todos los profesionales que necesita, e incluyen a un gran número de inmigrantes cualificados».

El mexicano Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, también insistió ayer en esta idea positiva de la inmigración al presentar el informe: «Los países se beneficiarán más de la inmigración si consideran a los extranjeros más como una oportunidad que como un problema» . O. R. S.