Claro que tiene que ver con el fútbol

La Voz de Galicia, José M. Fernández, 01-12-2014

El fútbol, ese inmenso agujero negro. El fútbol, la excusa y la coartada para acoger cualquier desmán. No es fácil encontrar otra actividad que, como el fútbol, se sienta tan ajeno a lo que sucede a su alrededor. Emboscada, reyerta o encuentro, lo cierto es que lo sucedido ayer en los alrededores del Vicente Calderón debería de impulsar algo más que el habitual comunicado de condolencia o de condena. No tiene nada que ver con el juego, pero sí con la tibieza que el fútbol ha mostrado ante este tipo de grupos, a los que ha amparado en muchas ocasiones y con los que prefiere mantener una relación de buena vecindad.

«Hay que tratarlo como un hecho lejos de nuestro estadio y de un partido», insistía ayer Enrique Cerezo. Se equivoca el presidente del Atlético de Madrid al tratar de eludir la responsabilidad, al buscar una excusa que nadie le había pedido. Tiene razón, el fútbol no es el culpable de que un grupo de hinchas se líen a tortazos con la excusa de un balón por el medio, pero sí de mirar para otro lado cuando cientos de aficionados, también en esa misma grada que presidía ayer, corean cánticos de dudoso gusto, incitan al racismo, se mofan de otras tendencias ideológicas o alardean de algún que otro crimen.

La muerte de un aficionado del Deportivo deja demasiadas incógnitas, muchas preguntas sin responder y a unos cuantos protagonistas que prefieren eludir las responsabilidades antes que dar explicaciones. A estas alturas, y con los medios actuales, resulta incomprensible que nadie – ni autoridades, ni fuerzas de seguridad, ni clubes – adivinarán la posibilidad de una cita mortal. O alguien no anduvo diligente o, sí lo estuvo, otros deberían responder de la ausencia de medidas preventivas.

¿Cómo es posible que nadie se diera cuenta del desplazamiento de dos autobuses con aficionados que otras ocasiones conlleva un especial dispositivo de seguridad? De no saberlo, ¿quién les vendió las entradas? ¿Es posible organizar una cita entre grupos radicales o una emboscada en la que participan cientos de hinchas radicales de al menos cuatro clubes sin que las fuerzas de seguridad se dieran cuenta de lo que estaba sucediendo?

Falló el protocolo y sobraron las confusas excusas para no suspender el espectáculo.

Texto en la fuente original
(Puede haber caducado)