La muerte también se cita en una ‘quedada’ ultra

Fallece un ‘riazor blues’ tras una brutal paliza recibida durante una batalla campal junto al Calderón

Deia, Julián Goikotxeta , 01-12-2014

bilbao – “¿A qué no tenéis cojones de quedar para pegarnos?”. Y a la pregunta-desafío, transmitida a través de WhatsApp por uno de los líderes del Frente Atlético, grupo radical de tendencia ultraderechista y de larga trayectoria en el Atlético de Madrid, respondió afirmativamente un colega-líder de Riazor Blues, grupo radical de ideología ultraizquierdista que encuentra refugio en el Deportivo. Después concretaron el número de miembros que acudirían a la cita, a las 9.00 de la mañana, por cada grupo y el lugar elegido para la quedada, una zona próxima al estadio Calderón, junto al río Manzanares, en el entorno de Madrid Río.

Para equilibrar fuerzas, según fuentes policiales, los Riazor Blues tuvieron la ayuda de individuos de otros dos grupos radicales madrileños, los Bukaneros, seguidores del Rayo Vallecano, y los Alkor Hooligans, ultras del Alcorcón.

Los ultras del Atlético ya esperaban a sus rivales a las 8.30 horas y la batalla contó con la participación de unos 200 radicales armados con todo tipo de artilugios, como bates de béisbol, botellas, armas blancas o barras de hierro, además de sillas o cualquier otro objeto contundente que se encontraron por el camino.

Pero a la quedada también acudió la muerte. Un aficionado del Deportivo, de 43 años, y perteneciente a Riazor Blues, falleció durante la reyerta. Se trata de Francisco José Romero Taboada, alias Jimmy, padre de una chica de 19 años y de un niño de cuatro. Según información extraoficial que maneja el Deportivo, Jimmy formaba parte de Los Suaves, el ala más radical de los ultras del equipo coruñés, y murió al no superar la parada cardíaca con la que ingresó en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Clínico de Madrid.

Al parecer, tras agredirle y patearle brutalmente, sus contrincantes le arrojaron al río Manzanares, aunque algunas fuentes citadas por Efe señalan que la víctima pudo tirarse él mismo arrastrándose hasta la orilla, ya prácticamente moribundo, después de que varias personas le pisotearan la cabeza, según comentaron algunos testigos.

El hombre fue rescatado del río Manzanares por los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid y fue atendido en un primer momento por los sanitarios del Samur antes de ser trasladado al hospital madrileño.

Once heridos y 21 detenidos En el enfrentamiento hubo otros once heridos, tres por arma blanca y otros tres con heridas incisocontusas en el cráneo, uno con trauma facial, tres más con contusiones leves y una policía nacional con una fractura en la falange de un dedo de la mano.

Hasta última hora del domingo, la Policía detuvo a 21 personas, seis de ellas con antecedentes, e identificó a otras noventa, aunque la operación sigue abierta y no se descarta que se practiquen nuevos arrestos, según informó la Delegación del Gobierno en Madrid.

Entre los quince detenidos hay miembros del Frente Atlético, del Riazor Blues, del Alkor Hooligans y dos Bukaneros del Rayo Vallecano, señalaron fuentes policiales.

ignorancia policial Sin embargo los servicios de Información de la Policía fallaron en su labor de control, ya que no tuvieron constancia de esta cita y, en consecuencia, no pudieron evitar una reyerta que se prolongó al parecer durante 45 minutos antes de que llegaran los agentes para disolverla.

Con motivo de otra pelea de este tipo, que tuvo lugar hace dos años en las proximidades del estadio Santiago Bernabéu, entre los Bukaneros del Rayo y los Ultra Sur del Real Madrid, la Policía tomó buena nota y pudo abortar varias citas entre seguidores radicales. Sin embargo, las citas por WhatsApp son, según fuentes policiales, más difíciles de controlar.

Los hosteleros y algunos empleados de los tenderetes de los aledaños del Vicente Calderón se quedaron atónitos al observar a más de un centenar de los seguidores radicales del Atlético reunidos y desayunando en la zona de Madrid Río. Demasiado pronto para nada bueno.

“Al poco empezaron a desfilar por el Paseo de los Melancólicos. Iban armados con botellas, palos, barras de hierro y algunos hasta iban haciéndose fotos y grabándose con el móvil”, relata un testigo presencial. La pelea se desató en un radio de acción próximo al lugar donde tenían previsto aparcar los autobuses en los que se desplazaron los Riazor Blues. “De repente empezaron a pegarse palizas brutales y empezó a caer gente al río. Ha sido horroroso”, atestigua una señora que trataba de aparcar su vehículo cuando se desató la reyerta.

condena, pero no suspensión Conocidos los hechos, La Liga de Fútbol Profesional (LFP) emitió un comunicado en el que, además de repudiar los incidentes, informó de que intentó suspender el encuentro “sin que haya sido posible”, ya que, según aseguró su presidente, Javier Tebas, no se pudo contactar con ningún responsable de la Federación Española, desde cuya entidad se tenía que tomar la citada medida.

Por su parte, el secretario general de la Federación, Jorge Pérez, informó que su organismo recibió la notificación de los graves incidentes acontecidos en las inmediaciones del Vicente Calderón sólo once minutos antes y, con el estadio lleno, por motivos de orden público, no se consideró suspender el encuentro.

“Once minutos antes del inicio del inicio del Atlético Madrid-Deportivo, Victoriano Sánchez Arminio (presidente del Comité Técnico de Árbitros), recibió una llamada de la Liga de Fútbol Profesional y otra del colegiado del partido. Se lo comunicó a un miembro de la RFEF y, al estar el estadio lleno y quedar poco tiempo, por motivos de seguridad y de orden público, se consideró que podía ser contraproducente suspenderlo”, dijo Jorge Pérez a Efe.

El secretario general de la RFEF añadió que otro de los motivos para no considerar la suspensión del encuentro fue que el coordinador policial de seguridad “no se dirigió en ningún momento” al organismo federativo , seguramente porque consideró que era mejor no suspenderlo para evitar posibles incidentes en el desalojo del estadio, por lo que la RFEF no se planteó la no disputa.

Finalmente la LFP optó por que en los partidos de la tarde se leyera un protocolario mensaje, en el que se “condena cualquier acto de violencia, racismo, xenofobia e intolerancia que se produzca en el entorno del fútbol profesional”.

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