«Queremos justicia. La queremos ahora»
Un centenar de concentraciones por todo el país contra el racismo creciente y por un cambio social
El Mundo, , 26-11-2014Coches de policía. No es el dispositivo habitual de la plaza Cadman, junto a los juzgados de Brooklyn. Pero hoy hay una concentración aquí para «mantener viva la memoria y el legado de Michael Brown», subrayan los miembros de National Action Network (NAN). Casi un centenar de personas se han congregado para reclamar justicia y que se construya una mejor comunidad sin derramar sangre ni lágrimas. Hasta el parque del memorial de guerra de Brooklyn, se ha acercado Tanya St Louis que no se sorprendió el lunes con la decisión del Gran Jurado. «Es como funciona siempre en nuestro caso», apunta esta afroamericana de 29 años que trabaja como entrenadora personal.
Incapaz de quedarse en casa sin hacer nada, ha salido a dar su apoyo a esta causa que es la de muchos negros en el país. El racismo, señala, está muy presente. «Se nota en los pequeños detalles, cuando entras a una tienda y te miran de una determinada manera; cuando yendo a casa, la policía te para sin motivo…» Esto no le hace perder la esperanza, aunque a veces flojea. Especialmente, cuando siente que la policía les ve como «culpables antes incluso de actuar», reflexiona mientras por el megáfono, organizadores y asistentes interpelan: «¿Qué queremos? Justicia. ¿Cuándo la queremos? Ahora».
La organización, liderada por el reverendo Al Sharpton, ha convocado tres concentraciones en Nueva York –además de otro centenar por las principales ciudades del país–. Una de ellas es en Staten Island, el condado neoyorquino donde la familia de Eric Garner espera la decisión de otro Gran Jurado sobre si se presentan cargos contra el oficial de policía que estranguló al hombre durante su arresto.
Minutos antes del mediodía, el ambiente está tranquilo frente a la oficina de correos. «Aquí no tenemos gases lacrimógenos», dice una reportera que espera a la familia de Garner, sorprendida del interés por esta cita. A unos metros, cerca del ayuntamiento del condado, Dennis Dell’Angelo expresa su preocupación. «Los departamentos de policía se están militarizando», señala recordando el equipamiento que tienen en algunos estados y el entrenamiento que reciben los oficiales. «Los que supuestamente dan seguridad y protección miran a los ciudadanos como enemigos», apunta.
El arquitecto dice estar muy concienciado con los asuntos de la comunidad. Por eso se preocupa por el problema racial de EEUU –que está muy arraigado, a su juicio–. También sabe de esa cuestión Margarita Ceferino, 32 años, que llegó al país hace 13 años como espalda mojada procedente de México. «A veces da miedo», dice con su hija menor en brazos. «La policía está para dar ejemplo», subraya la joven, si bien acaba reconociendo que ella no ha tenido ninguna mala experiencia.
Tanto Margarita como Tanya St. Louis apelan a la esperanza. «Tengo amigos que son oficiales de policía y no actúan así», dice la joven afroamericana.
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