eL PONTÍFICE VISITA la Eurocámara

El Papa pide que el Mediterráneo no se convierta en un "gran cementerio"

El Papa Francisco ha defendido ante el Parlamento Europeo la  dignidad del ser humano y ha alertado sobre la "soledad" agudizada  por la crisis económica, al tiempo que ha advertido de que no se  puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un "gran  cementerio", arrancando los aplausos de los europarlamentarios, que  le han aplaudido hasta en siete ocasiones.

Diario de noticias de Alava, EP, 25-11-2014

ROMA. El Papa Francisco ha defendido ante el Parlamento Europeo la  dignidad del ser humano y ha alertado sobre la “soledad” agudizada  por la crisis económica, al tiempo que ha advertido de que no se  puede tolerar que el Mediterráneo se convierta en un “gran  cementerio”, arrancando los aplausos de los europarlamentarios, que  le han aplaudido hasta en siete ocasiones.

Durante su discurso, en el que se ha dirigido a los 500 millones  de ciudadanos de los 28 Estados miembro de la Unión Europea, el  Pontífice se ha preguntado “qué dignidad podrá encontrar quien no  tiene qué comer o el mínimo necesario para vivir del trabajo, que le  otorga esa dignidad”.

A su vez, ha enviado un “mensaje de esperanza y  de aliento” a todos los ciudadanos europeos al defender que el  proyecto político europeo debe poner de nuevo en el centro al hombre,  que está dotado de “dignidad” y “trascendencia”.

Además, ha asegurado que la “soledad”, que enferma a Europa, se ha  agudizado por la crisis económica y  ha detallado “sus consecuencias  dramáticas”. En este sentido, ha explicado que “se ve particularmente  en los ancianos, a menudo abandonados a su destino, como también en  los jóvenes sin puntos de referencia y de oportunidades para el  futuro; se ve igualmente en los numerosos pobres que pueblan nuestras  ciudades y en los ojos perdidos de los inmigrantes que han venido  aquí en busca de un futuro mejor”.

“No se puede tolerar que el mar Mediterráneo se convierta en un  gran cementerio”, ha dicho precisamente en relación a las muertes de  inmigrantes que tratan de alcanzar las costas europeas.

Por otro lado, el Pontífice ha avisado de que, en el curso de los  últimos años, junto al proceso de ampliación de la Unión Europea, “ha  ido creciendo la desconfianza de los ciudadanos respecto a  instituciones consideradas distantes, dedicadas a establecer reglas  que se sienten lejanas de la sensibilidad de cada pueblo, e incluso  dañinas”.

Francisco ha invitado a construir una Europa “en torno a lo  sagrado de la persona” y no en torno a la “economía” al advertir del  riesgo que corre el ser humano si se reduce “a un mero engranaje de  un mecanismo que lo trata como un simple bien de consumo para ser  utilizado” y ha recalcado que esas consecuencias se hacen  perceptibles hoy en día.

EUROPA ENVEJECIDA

En esta línea, ha subrayado que “desde muchas partes se percibe  una impresión general de cansancio y de envejecimiento, de una Europa  anciana que ya no es fértil ni vivaz” y que “los grandes ideales que  han inspirado Europa parecen haber perdido fuerza de atracción, en  favor de los tecnicismos burocráticos de sus instituciones”.

En este sentido, ha pedido a Europa que “redescubra su alma  buena”. Así, ha mandado un mensaje de aliento “para volver a la firme  convicción de los Padres fundadores de la Unión Europea, los cuales  deseaban un futuro basado en la capacidad de trabajar juntos para  superar las divisiones, favoreciendo la paz y la comunión entre todos  los pueblos del Continente”.

Igualmente, ha incidido en que existe una tendencia hacia “una  reivindicación siempre más amplia de los derechos individuales, que  esconde una concepción de persona humana desligada de todo contexto  social”, al tiempo que ha recalcado que es necesario prestar atención  “para no caer en algunos errores que pueden nacer de una mala  comprensión de los derechos humanos y de un paradójico mal uso de los  mismos”.

NO CEDER A PRESIONES DE MULTINACIONALES

De este modo, ha pedido que se mantengan “vivas” las democracias  como “fuerza política expresiva de los pueblos” y ha hecho un  llamamiento a que no “sea desplazada ante las presiones de intereses  multinacionales no universales, que las hacen más débiles y las  transforman en sistemas uniformadores de poder financiero al servicio  de imperios desconocidos”.

Ante este panorama, el Papa ha hecho un llamamiento a la esperanza  basada “en la confianza de que las dificultades puedan convertirse en  fuertes promotoras de unidad, para vencer todos los miedos que Europa  – junto a todo el mundo – está atravesando”.

En el hemiciclo, el Papa también ha reclamado que se proteja a la  familia “unida, fértil e indisoluble” porque “trae consigo los  elementos fundamentales para dar esperanza al futuro”. Por otro lado,  ha pedido que no se olviden “las numerosas injusticias y  persecuciones que sufren cotidianamente las minorías religiosas, y  particularmente cristianas” en diversas partes del mundo.

Además, ha señalado el “vergonzoso y cómplice silencio de tantos”  ante comunidades y personas que son objeto de “crueles violencias:  expulsadas de sus propias casas y patrias; vendidas como esclavas;  asesinadas, decapitadas, crucificadas y quemadas vivas, bajo el  vergonzoso y cómplice silencio de tantos”.

EL REGALO, UNA PALOMA DE LA PAZ

Previamente a su discurso, el presidente del Parlamento Europeo,  Martin Schulz, ha dado la bienvenida al Papa. Tras la interpretación  de los himnos por parte de la banda militar, el Papa ha llegado hasta  el ingreso de honor de la institución europea llamada l’Espace  Mariana de Pineda, donde han tenido lugar las presentaciones  oficiales, la firma del libro de oro de la organización paneuropea,  el intercambio de regalos y la foto de familia. El Papa ha regalado  al Europarlamento un mosaico de la paloma de la paz.

Este es el quinto viaje internacional del Pontífice, y es el más  breve que jamás ha realizado un pontífice, ya que durará tan solo 3 y  50 minutos. Francisco es el segundo papa que visita el Parlamento  europeo después de Juan Pablo II lo hiciera el 11 de octubre de 1988. 

El Pontífice pronunciará otro discurso ante el Consejo de Europa que  integra 47 Estados, entre ellos Rusia, Turquía y otros países del  Este, que estuvieron sometidos al régimen soviético. Tan solo 48  horas después de su regreso a Roma, el Papa emprenderá el viaje a  Turquía donde visitará Ankara y Estambul.

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