Al primer ministro británico, David Cameron, se le complican las elecciones generales de mayo de 2015. La prueba está en el resultado de la votación del jueves en la localidad de Rochester, donde el Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP por sus siglas en inglés) consiguió ganar otra silla en Westminster, en concreto para su diputado Mark Reckless.

“Si creéis que el mundo es más grande que Europa, si creéis en una Gran Bretaña independiente, venid con nosotros y os devolveremos vuestro país”, dijo Reckless celebrando la victoria. “Imaginad lo que significaría tener un bloque de diputados de UKIP en Westminster lo suficientemente grande como para sostener el equilibrio del poder”, añadió.

El pasado mes de septiembre Reckless decidió abandonar las filas de la formación de Cameron y presentarse como candidato del UKIP, un partido xenófobo, firme defensor de la salida de la Unión Europea, de controlar la libre movilidad de personas en su territorio y contrario a la inmigración. Se trata de un mensaje populista que está teniendo gran calado en muchas zonas de clase media de Reino Unido, donde algunos tienen problemas para acceder a trabajos y ven la inmigración como un problema, si bien Londres sigue siendo la excepción digna de mención.

En Rochester, conocida por muchos por haber sido la ciudad predilecta del escritor inglés Charles Dickens y en la que se inspiró para obras como Grandes esperanzas, el político Reckless ganó en las urnas solo por 70.000 votantes de diferencia, muchos menos de los que predecían las encuestas durante varias semanas.

implicación de cameron Cameron se implicó como nunca antes habían hecho otros primeros ministros para unas elecciones parciales, viajando a esta localidad a media hora en coche de Londres hasta cinco veces en una semana para evitar la pérdida de este diputado para la formación, pero la votación final dejó un 41,1% para el UKIP, frente a un 34,8% para la candidata torie y un 16,8% para los laboristas.

Rochester siempre había sido conservador por lo que muchos analistas lo ven como una fuerte derrota para el primer ministro británico, sin olvidar la posibilidad de que otros doce diputados abandonen las filas tories. “Nadie va a desertar”, se apresuró a decir el conservador Michael Gove, ministro de Educación: “He hablado con mucha gente diferente en el partido. Estoy 100% convencido de que nadie más lo abandonará”.

Desde las filas del UKIP el mensaje que transmitía ayer su líder, Nigel Farage, era bien distinto. “Si esto ha sido posible, el UKIP será capaz de cualquier cosa”, dijo este político de 50 años que muchos ven como un hombre lleno de contradicciones, ya que pese a su mensaje antieuropeísta está casado con una alemana y ama Francia, además no se parece en otros políticos, al no tener reparos en presumir de fumar y beber, de vivir en su pueblo natal y de ser parroquiano del mismo pub durante más de tres décadas. La creación de su UKIP fue planeada en 1993, en su despacho de la London School of Economics.

“Todas las espaldas están en alto para las elecciones generales. Todo puede ocurrir”, se felicitó Farage, pinta de cerveza en mano, quien consiguió el primer diputado en Westminster en octubre en una votación en Clacton, de la mano del también trásfuga tory Douglas Carswell.

Los próximos seis meses se presentan como una dura batalla no sólo para los conservadores los laboristas, sino también para los liberal – demócratas del viceprimer ministro, Nick Clegg, que se podrían ver superados por el UKIP.