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Obama reta a sus rivales y 'blinda' de la deportación a 5 millones de inmigrantes

Deia, EFE, 21-11-2014

WASHINGTON – Obama evitará así que unos cinco millones de
indocumentados vuelvan a la fuerza a sus países de origen durante los
próximos tres años, y priorizará el regreso de aquellos que tengan
antecedentes criminales o hayan llegado a Estados Unidos recientemente.

En un discurso ante la nación desde la Casa Blanca, el
mandatario recordó, no obstante, que sus medidas no pretenden sustituir a
un marco legal que suponga una solución permanente para el sistema
migratorio estadounidense, y llamó de nuevo a los legisladores a aprobar
un proyecto de ley definitivo.

“Quiero – reiteró – trabajar con ambos partidos para aprobar una
solución legislativa más permanente. Y el día que firme ese proyecto de
ley, las acciones que hoy tomo ya no serán necesarias”.

“Pero hasta que eso ocurra – aseguró – , hay acciones que tengo
la autoridad legal de tomar como Presidente – el mismo tipo de medidas
adoptadas por presidentes demócratas y republicanos antes que yo – y que
ayudarán a que nuestro sistema de inmigración sea más legal y más
justo”.

El mandatario dijo comprender las preocupaciones de los más
escépticos sobre su decisión, pero apeló a la historia de inmigrantes
que vertebra al país y a sus valores.

“¿Somos una nación que tolera la hipocresía de un sistema en
el que los trabajadores que recogen nuestra fruta y hacen nuestras camas
nunca tengan la oportunidad de estar de acuerdo a la ley?”, se
preguntó.

¿O somos una nación – prosiguió – que les da la oportunidad de
hacer las paces, asumir sus responsabilidades, y dar un futuro mejor a
sus hijos?".

La parte clave del plan de Obama beneficiará a los
indocumentados que tengan hijos que son ciudadanos estadounidenses o
residentes permanentes, que demuestren que llevan en el país desde antes
del 1 de enero de 2010 y que carezcan de antecedentes criminales,
además de extender la Acción Diferida (DACA) a los jóvenes estudiantes.

Ese programa, que ha evitado la deportación de más de 580.000
jóvenes indocumentados desde agosto de 2012, beneficiará ahora a todos
los jóvenes que llegaron a EEUU antes de cumplir 16 años y con
anterioridad al 1 de enero de 2010, con independencia de la edad que
tengan actualmente.

Minutos antes del discurso del mandatario, el presidente de la
Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, volvió a
arremeter con la discrecionalidad de la decisión de Obama, a quien acusó
de comportarse como “un emperador o un rey”.

“En lugar de trabajar juntos para arreglar nuestro sistema
migratorio fallido, el presidente actúa por su cuenta. Y así no es como
funciona una democracia”, aseveró el republicano.

Sin embargo, Obama también tuvo respuesta para Boehner y los
suyos, a quienes instó de nuevo a aprobar un texto legislativo que haga
innecesarios sus decretos.

“Para aquellos miembros del Congreso que cuestionan mi
autoridad para hacer que nuestro sistema de inmigración funcione mejor, o
cuestionan mi capacidad de actuar donde el Congreso ha fallado, tengo
una respuesta: aprobad una ley”, insistió el presidente.

El Senado estadounidense aprobó hace año y medio un texto
legislativo bipartidista para una reforma migratoria integral que
contemplaba un camino a la ciudadanía para los indocumentados, y además
un fortalecimiento de la seguridad fronteriza, requisito indispensable
que solicitaban los conservadores.

Pese a ello, la Cámara Baja, de mayoría republicana, nunca
sometió a votación el proyecto, dejando estancada la propuesta, sin
alternativa alguna, durante meses.

Lo ocurrido hoy supone, tras años de negociaciones sin
resultado, la mayor regularización de inmigrantes en Estados Unidos en
varias décadas, aunque se trata de una acción frágil que pende del poder
ejecutivo, y que otro inquilino de la Casa Blanca podría revocar con
facilidad.

Mientras tanto, el presidente ha cumplido, aunque tarde, su
promesa de ofrecer un alivio a millones de familias que estaban
expuestas a la separación.

Además, Obama devuelve al Congreso la responsabilidad de trabajar por
una reforma que también puede ser la llave de la Casa Blanca en las
elecciones presidenciales de 2016.

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