La verdad es que los republicanos no le dejaron a Obama otra opción que recurrir a sus prerrogativas presidenciales para desatascar el problema migratorio. Su responsabilidad reside en que retuvieron en la Cámara de Representantes la reforma que había aprobado el Senado en junio de 2013, fabricando así una situación de parálisis insufrible. En Estados Unidos viven 11,3 millones de indocumentados, según los cálculos del Gobierno. La mayoría de ellos son latinoamericanos y más de la mitad, mexicanos. No obstante lo que puede dar a entender el paso dado por Obama, su política en la materia ha sido hasta el momento muy restrictiva. Tiene una cifra récord de deportaciones, 400.000 al año.