Asalto del Ukip a Westminster
El Mundo, , 20-11-2014Algo tiene sin duda Rochester que sedujo en tiempos al escritor Charles Dickens. La vetusta ciudad de 20.000 habitantes, con sus callejones angostos y su castillo normando, se prepara para escenificar por Navidades Grandes Esperanzas, que este año tienen un claro mensaje político.
Aquí se libra hoy jueves la batalla para el definitivo asalto del Ukip a la fortaleza de Westminster. El ex conservador Mark Reckless (literalmente, Mark Despiadado) aspira a convertirse en el segundo diputado del Partido de la Independencia del Reino Unido, que pretende la salida del país de la Unión Europea y la imposición de cuotas de inmigración a países europeos como España.
Rochester, a media hora escasa en tren de Londres, no figuraba hasta muy recientemente en el mapa imaginario de Ukiplandia. Pero si cala aquí el mensaje incendiario y populista de Nigel Farage y sus secuaces, está claro que caerán definitivamente las barreras para el que aspira a convertirse en el tercer partido en el mutante mapa político británico.
Tanto se juega el Partido Consevador de David Cameron en estas elecciones que el premier ha visitado por cuarta vez en dos semanas el pueblo dickensiano, algo que nunca llegó a hacer siquiera en Escocia.
La candidata tory, Kelly Tolhurst, va de momento a remolque en las encuestas, incluida la realizada a pie de calle por John Baldock, que regenta la tienda de chucherías Dulces Esperanzas (la primera en su género estrictamente vegetariana en el Reino Unido). En el escaparate de Dulces Esperanzas hay varias urnas ficticias con golosinas de colores a modo de votos: rosas para el Ukip (32%), azules para los tories (23%), rojas para los laboristas (12%) y verdes para los Verdes (8%). Los grandes perdedores son los liberaldemócratas, liderados por Nick Clegg, que se consuelan con nueve golosinas incoloras y no llegan al 2%.
«¿Y usted por quién va a votar?», pregunta el simpático John a los clientes (antes de que lleguen los niños y abarroten la tienda a la salida del cole).
«Mira por dónde, hoy es un buen día para los conservadores», certifica el tendero. «A lo mejor es que la partida no la tiene aún ganada el Ukip y la cosa va estar más reñida al final».
John sería partidario de darle otra oportunidad a los conservadores antes de colgarse la guirnalda morada del Ukip, aunque prefiere ser imparcial para darle más credibilidad a la encuesta… «Lo que sí puedo certificar es que los laboristas tienen que ser más activos, que los Verdes están ganando terreno por la izquierda y que los liberaldemócratas han desaparecido prácticamente del mapa».
Martha Stevenson, que compró unos toffees en Dulces Esperanzas, justificaba a la salida su voto resignado a los conservadores: «El Ukip me da miedo, la verdad, pero los tories tienen que despertar. La gente está muy harta de la UE y la inmigración se ha desbordado desde que Tony Blair invitó a venir a los europeos del Este».
Una pareja que prefiere no dar su nombre otorga el dulce voto a los Verdes. Él se identifica como «profesor con bagaje marxista» y extiende sus críticas a los grandes partidos: «Los laboristas han perdido el rumbo, igual que los conservadores. Lo que nos hace falta es un Ukip de izquierdas para compensar la balanza». De los tres cuarteles electorales instalados en High Street, el más activo es sin duda el del Ukip, ya al final de la calle, cerca de las ruinas del castillo, donde les gusta fotografiarse al flamante Mark Reckless y a su jefe de filas, Nigel Farage, siempre presto a rematar la jornada de campaña con unas pintas en el concurridísimo Rochester Bar.
Reckless impone por su altura y por su seriedad, rodeado por una nube de acólitos que le ampara en su incursión al otro lado del río, en la vecina Strood, donde también se vota. Los voluntarios Anne Therese Murray y Sandy McGregor recorren entre tanto las calles dickensianas con toda la parafernalia del Ukip, recibiendo bocinazos de apoyo a su paso.
«Yo lo vi claro hace casi 10 años y me alegra que la gente esté con nosotros», confiesa Anne Therese, de 77 años, con sangre vasca e irlandesa. «Cameron nos llamaba lunáticos, pero ahora nos teme. Yo misma votaba a los tories, hasta que me di cuenta de que sólo protegen a la élite. A los políticos de toda la vida se les ha visto el plumero. Por eso un tipo corriente y directo como Nigel Farage está calando entre los británicos».
>Videoanálisis de C. Fresneda.
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