Prostituida por una deuda de su padre
La Policía libera a una chica forzada a ejercer durante cuatro meses sin descanso en Terrassa
El Mundo, , 18-11-2014Teresa era la única a la que los
clientes del prostíbulo siempre podían
recurrir. Había otras, igualmente
latinas, tal y como prometían
los anuncios que su madame
publicaba en la sección de contactos
sexuales de los diarios. Sin
embargo, los vecinos y clientes
veían cómo las demás iban y venían,
cumpliendo rigurosamente
con el sistema de rotación del género
que se aplica en cientos de
pisos de Cataluña donde se ejerce
la prostitución. En cambio Teresa,
de 20 años, siempre estaba disponible
en el mismo lugar. A cualquier
hora, cualquier día, a lo largo
de cuatro meses, sin posibilidad
de bajar el ritmo de trabajo ni
salir a la calle. Era la cuero que
más trabajaba en el número 4 de
la calle Mallol de Terrassa y para
ella no había descanso.
Teresa (nombre ficticio) empezó
a ejercer de cuero –tal y como se
conoce a las prostitutas en República
Dominicana– en junio. Poco
antes su propio padre había acordado
con su pareja, una madame
con negocio propio, el destino para
ella en su viaje a España: saldar
con su cuerpo la deuda que él mismo
había contraído con prestamistas
de República Dominicana. Su
hija era ahora su inversión para salir
del agujero económico, por lo
que no dudó en aumentar la deuda
que ella iba a cubrir con el coste
del billete de avión para su hija.
En total, entre 40.000 y 50.000
pesos dominicanos que Teresa iba
a recaudar en poco tiempo, según
dijo su padre, trabajando como cuidadora
de una anciana de Terrassa.
De esta forma, además, enviaría
dinero para poder mantener en
República Dominicana a su hijo de
dos años y a su madre.
Al llegar a Terrassa, sin embargo,
la pareja de su padre y una hija
de ésta ejecutaron el plan trazado:
convertir a la joven en el principal
reclamo del piso donde residían en
el barrio de Can Boada, cuyo vecindario
se nutre de una fuerte inmigración
y donde tenían establecido
un prostíbulo especializado en
ofrecer el servicio de chicas latinas.
Pese al habitual movimiento de
mujeres que los investigadores de
la Policía Nacional detectaron, Teresa
era la única «fija». Ahí era
ofrecida constantemente para acelerar
el pago de la deuda de su padre,
según fuentes policiales conocedoras
de una investigación que
finalizó con su liberación. El ritmo
al que la sometieron en el pequeño
domicilio de la calle Mallol llegó
a ser «frenético» en algunas jornadas,
convirtiéndola en mercancía
de hasta cuatro clientes en una
sola hora.
Durante los cuatro meses que
permaneció en el piso, además, fue
sometida a «una intensa presión
psicológica» de la que está siendo
tratada después de su liberación.
Teresa se encuentra ahora en el
circuito de protección y rehabilitación
de la Policía y una ONG a través
de la cual se le busca otro trabajo,
además de su regularización
por denunciar a sus explotadores.
Agentes de la Brigada Local de
Extranjería y Fronteras de la Comisaría
Territorial de la Policía Nacional
en Terrassa la liberaron el pasado
mes de octubre y detuvieron
a la madrastra y su hija. Ambas se
encuentran en libertad con cargos
por orden del juez.
(Puede haber caducado)