El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dará a conocer la semana que viene el mayor proyecto de su segundo mandato: una orden en virtud de la cual alrededor de cinco millones de inmigrantes quedarán libres del riesgo de deportación. Eso supone el 44% de los 11,3 millones de personas que se encontraban en esa situación en el año 2013, según el cálculo realizado por el Pew Research Center, una organización sin ánimo de lucro especializada en análisis de la opinión pública.

La decisión, que fue filtrada ayer al periódico The New York Times, llega tras medio año de aplazamientos, y es toda una declaración de guerra a la oposición republicana justo nueve días después de su triunfo arrollador en las elecciones legislativas del martes pasado. Pero también puede suponer una fractura en el seno de los republicanos que podría desatar una guerra civil dentro de la oposición.

Más del 20% de los miembros de este partido en la Cámara de Representantes quiere reposnder a la medida cortando la financiación al Estado el 11 de diciembre. Sin embargo, los líderes del partido se oponen en redondo a llevar las cosas a ese extremo. La última reforma migratoria que llevó a cabo Estados Unidos fue en 1986, con el republicano Ronald Reagan de presidente… y los demócratas controlando el Congreso.

Según The New York Times, el presidente Obama eliminará la posibilidad de deportación de los inmigrantes cuyos hijos son residentes legales en EEUU. Es un cambio que, a su vez, actúa sobre otro del propio Obama, que en 2012 decidió que aquellas personas que hubieran llegado a Estados Unidos siendo menores de edad no podían ser expulsadas.

ÓRDENES A LA POLICÍA

Esta nueva medida podría afectar a 3,3 millones de personas, según el Instituto para Política de Inmigración. A esa decisión se sumarían cambios en las órdenes que reciben los cuerpos de seguridad encargados de combatir la inmigración ilegal.

Pero el caso es que todas esas medidas son temporales. Dado que el Congreso es quien crea las leyes, el presidente sólo puede modificar los criterios de actuación de las agencias de la Administración Pública. Así es, de hecho, como Obama gobierna desde 2013, dado el bloqueo de la oposición en el Congreso.

Por ejemplo, para limitar las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero, ha hecho que la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA, según sus siglas en inglés) endurezca las regulaciones sobre polución de térmicas y automóviles.

La cuestión es que desde el 20 de enero de 2017, habrá otro presidente en la Casa Blanca, que podrá cambiar todas esas normas con sólo una orden –como ésta– si así lo desea.