El varón detenido el pasado martes
acusado del asesinato de Rosa,
una mujer dominicana residente
en el barrio de El Pilar de
Vitoria, ha ingresado en las últimas
horas en prisión provisional
por orden del juez al cargo del
caso. Ha tomado esta decisión
después de que la Ertzaintza haya
determinado que su coartada,
aunque muy trabajada y preparada,
es falsa. Según fuentes policiales,
la triangulación de la posición
de su teléfono móvil ha permitido
determinar indiciariamente
que el varón, expareja de la
víctima, estuvo en el día del asesinato,
la madrugada del pasado
sábado, en el lugar del crimen.
Estas fuentes explican que el
varón, también americano como
la mujer asesinada, había presentado
pruebas en sede policial que
le mostraban durante la noche
del crimen en otros puntos de Vitoria
realizando otras actividades.
Se había cuidado, además, de que
hubiese evidencias fehacientes de
sus movimientos. Según ha podido
saber este periódico, llegó a
hacer saltar un radar para que
existiera constancia de que en
ese momento no estaba en la casa,
entre otros movimientos que,
según la Policía, demuestran una
cierta planificación del asesinato.
El cadáver fue hallado el pasado
lunes por la tarde ante la preocupación
de una allegada de Rosa,
que llevaba tres días desaparecida.
Se encontraba en una
cama, cubierto por una sábana y
con abundante cantidad de sangre
alrededor. La mujer presentaba
lesiones por todo el cuerpo.
No eran puñaladas, como por
error indicó este periódico, sino
golpes. La causa última de la
muerte fue, presuntamente, un
fuerte impacto en la cabeza. El
asesino no forzó la cerradura, por
lo que todo apunta a que conocía
a Rosa, pieza que encaja con el
perfil del detenido.
Los especialistas de la Ertzaintza
han recogido más de 200 restos
biológicos en el domicilio de
la víctima, según las fuentes consultadas.
Expertos policiales analizan
a esta hora esas muestras
para comprobar si coinciden con
el ADN del principal sospechoso,
que ya duerme en la prisión alavesa
de Zaballa.
Lo que se desconoce hasta el
momento es el móvil del crimen.
Aunque el detenido mantuviese
una relación sentimental con Rosa
en el pasado, parece remota la
hipótesis de que se trate de un
nuevo caso de violencia de género,
aunque no esté descartada al
100% esta línea de investigación.
Eos sí, la Ertzaintza desactivó el
protocolo para este tipo de crímenes
a las pocas horas de abierta
la causa y ordenó a Emakunde
que no se precipitara al hacer un
juicio sobre estos hechos.
La víctima trabajaba en un local
de hostelería vinculado con el
narcotráfico y el presunto asesino
también tenía relación con el
negocio. La Ertzaintza les venía
siguiendo la pista desde hace meses,
incluyendo registros y arrestos.
Por ello, la hipótesis más sólida
es que el crimen pueda esconder
un ajuste de cuentas por
motivos de drogas, aunque no se
descarta ninguna otra posibilidad.
Los inspectores de la UIC de
Álava, que están dedicados en
cuerpo y alma a este homicidio
desde el lunes, analizan los movimientos
bancarios y los ingresos
de víctima y sospechoso para determinar
si esta hipótesis resultao
finalmente confirmada.