A vueltas con el velo: choque de religión, cultura y seguridad

La polémica se ha extendido por toda Europa y varias ciudades han intentado prohibirlo

El Mundo, Belén Ferreras. Bilbao., 08-11-2014

No es la primera vez que surge la polémica
en torno al velo musulmán o
las distintas variedades de vestimentas
que las mujeres de esa religión
utilizan para ocultar su pelo, su rostro
o todo su cuerpo. El alcalde de la capital alavesa,
Javier Maroto, prohibió que las mujeres
musulmanas entraran a las piscinas
municipales con velo. En aquella
ocasión se trataba de «una cuestión
de higiene», dijeron. La
polémica desatada ahora por el conductor
de un autobús por no permitir
la entrada a una mujer a la que no
veía el rostro, va mucho más allá y
tiene precedentes en España, y en
otros países europeos.
El hiyab y el chador, empiezan a
ser ya habituales en las calles europeas
y también en las vascas. El primero
es lo que conocemos vulgarmente
como velo. Es un pañuelo que
cubre la cabeza y el cuello. El segundo
cubre de los pies a la cabeza a la
mujer, pero deja libre su rostro. Los
problemas surgen con las vestimentas
que impiden identificar a la mujer:
el burka, que cubre por completo
a la mujer, y niqab, que deja sólo
al descubierto los ojos, y que probablemente
es lo que vestía la mujer a
la que se impidió subir al autobús.
Lleida fue la primera localidad española
en 2010 que dio el paso de
vetar el uso del burka y el niqak en
edificios municipales.
El argumento era que podía «perturbarse
la tranquilidad ciudadana».
Pero la fina línea que separa la libertad
religiosa y la seguridad pública,
llevó al Supremo en 2013 a tumbar
la decisión del ayuntamiento. Sólo
por ley se puede regular el ejercicio
de un derecho fundamental en este
caso la libertad religiosa
y no por
una ordenanza municipal, sentenció
el alto tribunal. Antes de que llegara
la decisión del Supremo, zanjando,
de momento la cuestión en Lleida,
otros ayuntamientos se siguieron la
estela de la capital catalana: El Vendrell
también ha vetado el uso de estas
vestimentas en edificios públicos
e incluso la propia Barcelona llegó a
aprobar un decreto, aunque finalmente
no se ha llevado a efecto.
En Francia sí se ha dado el paso
de prohibir por ley el uso velo integral
islámico en espacios público. Es
decir estas mujeres no pueden ir ni
al supermercado, ni al cine ni en un
autobús si están cubiertas con Burka
o niqab. O se lo quitan o están condenadas
a quedarse en casa

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