A contrapelo

Es hora de Vitoria (Alabama) y los derechos civiles

El Mundo, SANTIAGO GONZÁLEZ, 08-11-2014

El portavoz de SOS Racismo
tuvo su minuto de gloria hace
32 años, cuando se presentó
con un cerdo bajo el brazo en
la oficina central de la Caja de
Ahorros Municipal de Bilbao
para pagar en especie un crédito
que la entidad le reclamaba.
Aquella historia, que fue publicada
en muchos medios (24 de
abril de 1982) ya ungía a Fede
García como un líder de masas.
Hoy es portavoz de SOS Racismo
y continúa siendo un hombre
notable en su forma de expresión,
además de haber situado
el objeto de su trabajo,
digamos intelectual, en el centro
del debate público.
El racismo es en Vitoria el
quid de la cuestión desde el debate,
tan vistoso como carente
de sustancia, en que la coalición
del bien se halla enfrentada
en singular combate a las
fuerzas del mal encabezadas
por el alcalde Maroto, en torno
a la Renta de Garantía de Ingresos.
D a b a n
cuenta ayer
los periódicos
de aquí que el
gran Fede
García protagonizó
una
rueda de
prensa junto a un perceptor de
la renta básica que sólo se identificó
mediante las iniciales S.P.
y que dijo haber sido agredido
el lunes pasado en el centro cívico
El Pilar por culpa del racismo
medioambiental que el alcalde
ha extendido por Vitoria.
Es impresionante que los
testigos tengan capacidad intelectual
para establecer relaciones
causales así de precisas,
cuando no dan su nombre y
apellido, datos que deberían
manejar con más soltura. Pero
lo mejor es que el portavoz se
erija en líder de la oposición
municipal e inste a los suyos a
presentar una moción de censura
contra el alcalde. Fíjense
en la expresión: «Hay que cortar
la cabeza de la serpiente del
virus Maroto». Joder con la
metáforas. Un virus con cabeza
de serpiente a cortar ¿de un
solo tajo? Téngase Fede García
y piense que lo de la mujer que
descabezó y evisceró una ración
de angulas como si fueran
anchoas, antes de rebozarlas y
freírlas, no era más que una leyenda
urbana.
Total, que en Vitoria ya no se
habla de otra cosa. Ayer, el tema
del día era el incidente registrado
la víspera en un autobús
de la empresa municipal
de transportes. Al parecer, los
hechos sucedieron cuando el
conductor denegó el acceso al
vehículo a una mujer que iba
cubierta con un velo integral o
burka. Según explicó el chófer
en el extraordinario talk show
del ente autorreferente, la mujer
así vestida quiso entrar con
un carro por la puerta trasera y
él le denegó el acceso, aunque
la razón no era estrictamente
la de haber optado por la vía
equivocada e invocó razones
de seguridad.
El conductor (bendita polisemia)
del programa mostró también
sus dotes para establecer
relaciones causales al apuntar
que el chófer había prohibido la
entrada a la mujer, bueno, a la
persona, por ser musulmana, estableciendo
una sinonimia a todas
luces muy aventurada.
Todo fue extraordinario,
porque el mismo
conductor
se sintió dolido
por lo que
un contertulio
al que identificó
como
miembro de la izquierda abertzale
había dicho contra su actuación
en tono descalificatorio
y respondió muy sentido: «que
sepa que mi padre estaba en la
iglesia el 3 de marzo» , en referencia
al 3 de marzo de 1976,
cuando una carga policial causó
cinco muertos entre los trabajadores
en huelga encerrados en
la iglesia de San Francisco de
Asís, del barrio vitoriano de Zaramaga.
‘Campanades a mort’,
que cantó Lluís Llach. Por si eso
fuera poco, le pasó al presunto
abertzale otro dato autolegitimador:
«y que igual resulta que le
estoy votando».
Muy impresionante todo. Vitoria-
Gasteiz ha devenido en capital
de Alabama a finales de
2014 por culpa del alcalde Maroto.
La mujer, bueno la persona,
del burka o del velo integral,
es 60 años después la nueva Rosa
Parks, la mujer negra que se
negó a obdecer al conductor de
un autobús en Montgomery,
cuando quiso que se levantara
porque el asiento que ocupaba
estaba reservado para blancos.
Los derechos civiles empezaron
a conquistarse en un autobús.

Vitoria ha devenido
en capital de
Alabama por culpa
de Maroto

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