Imbroda: "Comparar el muro de Berlín con la valla de Melilla es de idiotas"

Canarias 7, efe, 10-11-2014
El presidente de Melilla, Juan José Imbroda (PP), ha tachado de “idiotas” a aquellos que comparan el muro de Berlín, de cuya caída se cumplen 25 años, con la valla fronteriza que separa la ciudad autónoma de Marruecos.

A preguntas de los periodistas, Imbroda ha recordado que la valla no es de la ciudad, sino de Europa, y ha subrayado que no es la única que existe en el mundo, ya que su función es la de frontera, al igual que existen otras muchas como, por ejemplo, entre Estados Unidos y México.

Según Imbroda, “no tiene nada que ver” una frontera, que es lo que representa la valla, con un muro que dividía a dos colectivos o dos pensamientos de una misma nación, algo que era “vergonzante”.

“Esto es una valla que es una frontera, no es una valla que divida democracias o libertades”, ha manifestado el presidente melillense, en cuya opinión, una comparación así sólo se le puede ocurrir a “cuatro botarates o cuatro desgraciados”.

Ha defendido que la valla tiene que estar porque, de lo contrario, “no cabríamos aquí todos” y la única solución posible para una ciudad como Melilla, con una extensión de 12 kilómetros cuadrados, sería “irse al mar”.

“¿Cuántos pueden entrar aquí?”, se ha preguntado Imbroda, quien ha asegurado que si hay que dar una cifra de los inmigrantes que deben entrar por la valla de la ciudad autónoma, por ejemplo 150.000 cada año, que se haga, pero de manera regular y ordenada, para luego trasladarlos “en barco” a aquellos lugares que defienden la política de puertas abiertas.

“¿Los idiotas de dónde proceden, de Alemania?, pues a Alemania. ¿De dónde proceden, de Francia?, pues a Francia. De donde procedan. Nosotros no tenemos ningún problema, ningún inconveniente en que se vayan todos para allá”, ha asegurado el presidente melillense, habida cuenta de que los inmigrantes no desean quedarse en la ciudad.

Para Imbroda, es muy sencillo hablar y no actuar, y ha apuntado que hay muchas personas que satisfacen sus conciencias “desde un mullido sofá, desde un país rico, de bienestar, con una televisión, escribiendo y protestando”.

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