El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Valencia cerró el miércoles pasado sus instalaciones de manera provisional para acometer una serie de mejoras en las instalaciones policiales, como confirmaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Valencia. Desde Interior calculan que los trabajos durarán aproximadamente una semana y, transcurrido ese tiempo, los internos podrán regresar a unas dependencias más limpias, más seguras y más aseadas.

En estos días, los operarios contratados están limpiando algunas instalaciones y también hay tareas de «higienización». Las fuentes policiales consultadas no concretaron si esto último se refiere a «la plaga de chinches detectada desde verano» a la que hizo alusión la plataforma CIEs No.

Además de la limpieza a fondo, se están arreglando y sustituyendo algunos elementos del mobiliario como sillas, mesas o estanterías que estaban rotas o presentaban importantes desperfectos.

Por razones de seguridad, los mandos policiales consideraron oportuno desalojar en su totalidad el CIE mientras se realizaban estas tareas de acondicionamiento. La treintena de inmigrantes que permanecían en las dependencias de Zapadores, alrededor de un 20% de su capacidad, han sido trasladados de manera provisional a otros centros policiales de Madrid, Barcelona y otras provincias. Cuando finalicen los trabajos, los inmigrantes regresarán de nuevo a las instalaciones del CIE de Valencia.

Ana Fornés, portavoz de CIEs No, mostró su preocupación al asegurar que algunos de los internos han sido «deportados o puestos en libertad». No obstante, desde la Jefatura Superior de Valencia recalcaron que todos los traslados de los inmigrantes «se han realizado legalmente y dando cuenta a los jueces que ordenaron su ingreso o a las plantillas que instruyeron sus expedientes».

Más allá de las labores de mejora expuestas por la Policía Nacional, Fornés barajó la posibilidad de que el cierre temporal guarde relación con la adecuación de cierre de las celdas. «Hasta hora es manual, lo que supone un peligro de muerte para los internos en caso de incendio u otra emergencia, una cuestión que venimos denunciando desde hace años».

La plataforma estima que los CIE «no deberían existir». Consideran «desproporcionado privar a una persona de libertad por una falta administrativa». «No obstante, si los hay, que por lo menos los internos permanezcan en condiciones dignas», reclamó Fornés en unas declaraciones a EFE.