El Reino Unido está decidido a reformar las normas sobre libertad de movimiento dentro de la Unión Europea (UE), imponiendo restricciones y cuotas a los inmigrantes, a pesar de las advertencias de Alemania. «Vamos a afrontar el asunto de cómo la libertad de movimiento opera en el siglo XXI», declaró ayer a la BBC el ministro de Finanzas, George Osborne, quien aludió a la «inquietud» de los británicos sobre el flujo de inmigrantes europeos. «Nunca se pensó que pudiéramos tener un número tan grande de gente llegando, gente que no tiene ofertas de trabajo, gente que viene para aprovecharse de nuestro sistema de ayudas», señaló .

Osborne respondía a informaciones del semanario Der Spiegel, según las cuales la cancillera alemana, Angela Merkel, habría dejado claro al primer ministro británico, David Cameron, en una conversación el mes pasado en Bruselas, que la libre circulación en el espacio de la UE es un principio «innegocible». De acuerdo con la publicación germana, Merkel considera ahora «posible» la salida del Reino Unido de la UE, de persistir en esa demanda. «Por la primera vez, Cameron empuja a su país hacia un punto de no retorno sobre la cuestión de la pertenencia a la Unión Europea», señala Der Spiegel, que cita fuentes de la oficina de la cancillera y del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán.

Las autoridades de Berlín coinciden con las británicas en la necesidad de acabar con quienes supuestamente emigran con el único fin de gozar del sistema de subsidios sociales, aunque no tengan posibilidad de lograr un empleo.

Merkel «ha dejado muy claro que la lucha contra posibles abusos del principio de la libertad de movimiento es un interés legítimo en el que Alemania también está interesado», señaló ayer el portavoz de la cancillera. «Pero el más alto principio de la libertad de movimiento en general no debe verse afectado por ello», añadió.

El portavoz alemán aclaró que no se trata de un asunto bilateral entre alemanes y británicos, sino entre el Gobierno de Londres y el resto de sus socios europeos. «Es al Reino Unido al que se corresponde decidir el papel que quiere jugar en el futuro de la Unión Europea», añadió el portavoz de Merkel, quien no desmintió las informaciones recogidas por Der Spiegel.

Cameron se enfrenta al ascenso del UKIP (Partido de la Independencia del Reino Unido), que basa su campaña la eurofobia y la lucha contra la inmigración. El populismo de su líder, Nigel Farage, amenaza con radicalizar la posición del Partido Conservador a medida que se aproximan las elecciones generales del próximo mes de mayo. La presión de Farage ya llevó a Cameron a prometer la celebración de un referéndum en el 2017 para decidir en las urnas si el país permanece o se marcha de la UE.

El primer ministro ha avanzado que desea limitar la llegada de inmigrantes de la UE y debería pronunciarse públicamente sobre el asunto antes de las Navidades. De acuerdo con los medios de comunicación británicos, el Gobierno podría optar por bloquear las prestaciones sociales a los llegados de la UE durante un periodo inicial, que podría ser de dos años.