Espadas en alto en el debate sobre las ayudas
"Maroto solo quiere a los inmigrantes que juegan a baloncesto", acusa Aburto
El País, , 01-11-2014El consejero de Empleo y Políticas
Sociales, Juan María Aburto, apro-
vechó la larga intervención que en
el pleno del jueves del Parlamento
Vasco protaganizó el alcalde de Vi-
toria, Javier Maroto, para escribir
una respuesta igual de contudente
que la denuncia que formuló diri-
gente del PP, que persigue modifi-
car el sistema de ayudas sociales
endureciendo los requisitos de ac-
ceso para combatir los «abusos». El
resultado: una sesión de nuevo ten-
sa y bronca, aunque esta vez sin
expulsados, como ocurrió el día
anterior con Igor López de Munain
(EH Bildu), que llamó «sinvergüen-
za» a Maroto desde su escaño.
Aburto negó ante un Maroto
protagonista pese a no participar
ayer en la sesión parlamentaria
–celebraba otro pleno en el Ayun-
tamiento– que el informe de 49 fo-
lios que le envió la semana pasada
confirme su tesis sobre los extran-
jeros y las ayudas y le acusó de
«manipular» sin «ética» las estadís-
ticas sobre perceptores de la renta
de garantía de ingresos para ara-
ñar un puñado de votos. «Los espa-
ñoles renuncian más a los contra-
tos que los extranjeros. ¿Por qué
no se dice eso?», remarcó el conse-
jero, que dio diez ejemplos supues-
tos de cómo afectarían las medidas
de Maroto a personas necesitadas
como réplica a los diez casos de su-
puestos abusos que había expues-
to el alcalde el día anterior.
«El problema no está en las
respuestas, el problema está en
las preguntas», añadió Aburto so-
bre el informe, en el que, explicó,
Maroto había pedido sumar a las
cifras de extranjeros las de los
nacionalizados, españoles a todos
los efectos. «No se quiere a los
inmigrantes, solamente se quiere
a aquellos inmi-
grantes que parece
que pueden jugar
bien a baloncesto»,
remachó Aburto,
que sin llamar ra-
cista o xenófobo al
alcalde, como le ha
ocurrido en otras
ocasiones y él ha
negado, sí bajó al
barro para recordar
la fotografía que
Maroto se hizo en
plena Virgen Blanca
de Vitoria con la es-
trella de la NBA La-
mar Odom, natural
de Estados Unidos,
después de su ficha-
je por el Baskonia.
«Paren ya. Paren
ya. Yo creo que hay
que exigir que pa-
ren ya. Que paren.
No escupan al cielo.
No jueguen con fue-
go porque quizá se van a quemar.
¿Cuánto vale un puñado de vo-
tos? Conmigo no jueguen a eso.
Se los cedo. De verdad, les cedo
esos votos. La política sin ética
no es otra cosa que tiranía», se
despachó Aburto en una de sus
intervenciones más agresivas
desde que es responsable de Em-
pleo y Políticas Sociales.
Parte de la polémica surgió por-
que Aburto realizó estas valora-
ciones no en respuesta al PP, sino
tras una pregunta del PSE-EE en
la sesión de control al Gobierno
del Parlamento, monopolizada ca-
si por Aburto ante las ausencias
de Iñigo Urkullu –de viaje en Mé-
xico– y Josu Erkoreka –en Bilbao
con el Rey–. De hecho, la portavoz
socialista Txaro Sarasua utilizó su
turno no tanto para interpelar al
consejero como para desmontar
también las tesis de Maroto.
Acusó abiertamente al dirigente
del PP de «tergiversar» las estadís-
ticas y de incidir en el «color de la
piel» de los perceptores de ayudas
sociales. En cierto sentido, fue la
réplica al debate planteado por
Maroto 24 horas antes en la Cáma-
ra, aunque sin tenerle en frente y
tras haberse negado a intervenir
en la jornada anterior en un boicot
pactado con PNV y EH Bildu.
Este hecho irritó a la bancada
del PP, que incluso puesta en pie
–en la fotografía se ve a Borja
Sémper protestando– solicitó a la
presidenta, Bakartxo Tejeria, que
recondujera el debate. «Borja,
nahikoa da», la respondió Tejeria,
que dejó continuar a Sarasua.
«Nahikoa da ella», insistió el por-
tavoz del PP, pidiendo que se qui-
tara la palabra a la portavoz del
PSE-EE. «Ella pregunta lo que
quiere», zanjó la presidenta, que
no logró calmar los ánimos entre
los compañeros de Maroto.
En este clima, el representante
del PP en la Mesa, Antón Dambo-
renea, se dirigió en medio de la
sesión a hablar con su colega
Laura Garrido, que tenía una pre-
gunta para el consejero Aburto
sobre Lanbide pero que no tenía
El alcalde de Vitoria ha conseguido que se
le plante el resto todo el Parlamento menos
su grupo y el solitario diputado de UPyD
que se limitó a llevarle la contraria. Los de-
más recurrieron al pase del desdén. Al final
debieron de comprender que su actitud no
se correspondía con la razón de ser de su
cargo de parlamentarios y aprovecharon el
viernes para expresar de viva voz en la tri-
buna lo que el día anterior habían callado.
Hay algo que no se entiende en este asun-
to. En el debate de los Presupuestos de la co-
munidad autónoma, ¿no habrá de ser perti-
nente que se debata una reforma de la Ren-
ta de Garantía de Ingresos para tratar de
corregir sus fallos? A finales de septiembre
hubo una noticia curiosa. El consejero de
Empleo,
Juan Mª Aburto
confirmó que Lan-
bide, el Servicio Vasco de Empleo, había en-
viado 10.000 cartas a otros tantos percepto-
res de la RGI para reclamarles la devolución
de 56 millones que habían cobrado de más.
Es interesante el don de la alteridad que re-
vela el término: ha cobrado usted de más, no
«le hemos pagado de más».
El matiz es importante y, como suele ocu-
rrir en estos casos,
la Administración pre-
fiere culpabilizar a los perceptores que asu-
mir errores de gestión. El asunto es que los
56 millones han pasado a ser 72 y los desti-
natarios de las cartas se resisten, claro, in-
vocando lo que entienden como uno de los
principios generales del Derecho:
Santa Ri-
ta
, Rita y acusando a Lanbide de tener pre-
paradas otras 20.000 cartas con la misma fi-
nalidad para enviarlas en el momento pro-
cesal que menos doloroso resulte.
Evidentemente, la mayor parte de los
per-
ceptores indebidos
no pertenecen al colecti-
vo de inmigrantes sobre los que versa la po-
lémica
Maroto
resto del mundo vasco, pero
la noticia es suficientemente reveladora de
que los dineros de los ciudadanos tal vez no
se administren con la cautela y la prudencia
que serían de desear. Ayer el consejero es
tuvo vistoso al acusar a
Maroto de que a él «sólo le
interesan los inmigrantes si
saben jugar a baloncesto».
Bueno, es un interés razo-
nable. Tal vez el sentido de
la equidad de Aburto y su
devoción por la igualdad
de oportunidades le lleve a
preferir a los hampones de
Baltimore que salían en
The Wire
, pero me
parece raro. Vamos, yo sí preferiría al vir-
tuoso del baloncesto que a un delincuente.
Ni siquiera me parece bien que sea posible
delinquir y cobrar la RGI.
Claro que ya, hablando de esto, cabe
también preguntarse por los censos fraudu-
lentos de inmigrantes en la sede de SOS
Racismo y en el hecho extraordinario de
que hay 2.856 perceptores de la RGI cuya
nacionalidad no consta en las estadísticas
de Lanbide, lo que demuestra que no nece-
sitaron documentación para cobrar.
La exhibición sentimental se ha conver-
tido en el signo de estos
tiempos, ya lo anticipaba
Woody Allen
en
Annie
Hall
: «¿Has echado a la sir-
vienta?» Preguntaba el pa-
dre de
Alvy Singer
a su
madre. «Nos robaba», res-
pondía ella. «Pero es ne-
gra», argumentaba él.
«¿Y?» «Los negros ya tie-
nen bastantes problemas (…) Déjala, nos lo
podemos permitir». «¿Con lo que tú ga-
nas?», a lo que el padre respondía con la
paciencia de las almas buenas: «Es una mu-
jer de color, de Harlem. No tiene dinero.
Tiene derecho a robarnos. Si no nos roba a
nosotros, ¿a quién?».
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