Alrededor de una treintena de subsaharianos han decidido bajarse de la valla que hace frontera con Melilla tras permanecer dos horas encaramados. Se trata de la nueva tentativa de entrada a Melilla que se ha producido a las 06:30 de la mañana por un grupo de 200 inmigrantes. El intento de salto ha tenido lugar junto al polígono del Sepes, entre los puestos fronterizos de Beni Enzar y Barrio Chino, según han informado fuentes policiales.

Algunos de los inmigrantes que han conseguido acceder a la zona del entrevallado han lanzado gritos de “¡libertad, libertad!” o el tradicional “¡bosa, bosa!”.

Un fuerte despliegue policial a ambos lados de la valla se mantiene desde que, cerca de las seis y media de la mañana, se produjera esta nueva tentativa de entrada a la ciudad autónoma. La carretera de circunvalación de Melilla, que discurre paralela al perímetro fronterizo, permanece cortada en algunos tramos por dichas razones de seguridad.

La presión migratoria sobre Melilla es extrema desde hace meses con un repunte a lo largo del mes de octubre, tras un septiembre relativamente tranquilo. Este jueves, alrededor de una veintena de subsaharianos protagonizaron un nuevo intento de entrada a Melilla, y hace dos días al menos tres personas lograron cruzar a España en otra tentativa y se dirigieron al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que alberga a unas 1.300 personas, lo que supone más del triple de su capacidad.

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, en la sesión de apertura de la comisión de asuntos jurídicos y derechos humanos de la asamblea parlamentaria del Consejo de Europa ha asegurado que “España tiene la obligación de proteger, vigilar y salvaguardar sus fronteras”. Según Fernández, el Gobierno “ejerce el pleno respeto a los derechos humanos frente a la dimensión humanitaria de un fenómeno muchas veces trágico”.

A lo largo de 2014, año récord en la estadística de entradas a Melilla, alrededor de 4.000 inmigrantes han accedido a la ciudad autónoma, de los que alrededor de 2.000 lo han hecho a través de la valla perimetral. En la última década, 28.000 personas han eludido las vallas de Ceuta y Melilla pese a los 140 millones de euros invertidos para frenar la inmigración irregular.

Para el eurodiputado de Ciutadans, Javier Nart, que por estos días recorre el perímetro fronterizo entre Melilla y Marruecos, “no existe diferencia” entre las devoluciones de inmigrantes realizadas en el aeropuerto y aquellas hechas en la valla de Melilla.

Mientras que Amnistía Internacional asegura que en Melilla los derechos humanos de los inmigrantes corren peligro. Esta organización no gubernamental subraya que dicha situación se deriva “de los nuevos cambios normativos que está llevando a cabo el Gobierno español y que suponen un portazo para los inmigrantes y los refugiados.”