Pese a los esfuerzos por devolver la calma a Bujalance por parte de los vecinos y las distintas administraciones públicas, las agresiones no cesan.Una nueva agresión tuvo lugar este miércoles en la calle Ronda del Sur.

Esther Navarro, embarazada de un mes, y su hija, de 14 meses, sufrieron una agresión por parte de una vecina, de etnia gitana, que se les acercó portando un palo, con el que las golpeó con violencia. El hecho ocurrió a las 19.30 horas.

La agresión provocó daños físicos a la mujer, que obligó a sus familiares a trasladarla a ella y a su hija hasta el Hospital Reina Sofía de Córdoba.

Tras una primera asistencia, los servicios médicos dictaminaron que no presentaban daños de gravedad y que la gestación del bebé no corría peligro, según manifestaron a ABC, fuentes cercanas a la familia.

La víctima, ha formalizado hasta tres denuncias ante la Guardia Civil contra esta vecina: una por amenazas de muerte; otra por la agresión a la menor, y una última por los daños recibidos.

Los motivos del nuevo enfrentamiento pudieron deberse a cuestiones relacionadas con la acumulación de goteras en las vivienda de la supuesta agresora, que vive en un bloque de seis pisos de protección oficial de la Junta de Andalucía, sito en la calle Ronda del Sur.

La agresión registrada ayer es la tercera que se produce en algo más de una semana en Bujalance, tras las agresiones sufridas por los propietarios de la floristería «Salvi» y el gerente del pub «El Frisko».

Estos acontecimientos han obligado a la Subdelegación del Gobierno, tras una Junta Local de Seguridad celebrada el martes con carácter de urgencia, a reforzar el dispostivo de control de la Guardia Civil, que duplicará su presencia en el municipio hasta que el índice de delitos se reduzca, ya que está por encima de la media provincial. Se han producido cinco detenciones por los hechos.