Fabio Javier Echarri Presidente del Centro vasco de el Chaco
“La euskal etxea es modesta, pero mantenemos viva la llama vasca”
Deia, , 30-10-2014Resistencia – Fabio Echarri presentó la pasada semana en Resistencia, capital de la provincia argentina del Chaco, el libro El Cura Caminador, un vasco en El Impenetrable argentino, sobre la vida del marianista guipuzcoano Severiano Ayastuy Errasti (Aretxabaleta, 1914; El Chaco, 2007), quien dedicó los últimos veinte años de su vida a recorrer la selvática región chaqueña del Impenetrable, dedicado a ayudar a las tribus aborígenes que a duras penas viven en ella, una callada labor que Echarri sacó a la luz en publicaciones previas y en la que profundizó en este volumen, al cumplirse el centenario del nacimiento de quien llamaban El Cura Caminador.
¿Cómo conoció a aita Severiano Ayastuy?
- Me enteré de su existencia entre 2000 y 2002, cuando me avisaron de que había un cura del País Vasco que realizaba su labor en El Impenetrable. Hay que precisar que estamos hablando de una zona que dista más de 600 kilómetros de Resistencia y que, de ellos, entre 200 y 300 son tramos de tierra, de tal manera que se hace inaccesible en época de lluvias, que no tiene ni infraestructuras, ni caminos, ni servicios básicos. Yo no soy una persona religiosa, pero cuando supimos de la labor callada que el padre Severiano llevaba a cabo, pensamos que había que hacer algo y primeramente elaboramos un vídeo, que tuve la suerte de presentar en el Congreso Mundial de Colectividades Vascas en 2003 en Gasteiz.
Recuerdo también un texto…
- Al poco cursé un posgrado en Estudios Vascos en Eusko Ikaskuntza y la UPV/EHU y tuve que elaborar un trabajo, que se basó en el vídeo, y lo publicó el Gobierno vasco en el séptimo volumen de su colección Vascos en el Mundo.
Para quien no conozca El Chaco ¿qué es, cómo es?
- Es una provincia en el nordeste argentino que se incorpora a la vida institucional del país a fines del siglo XIX cuando las tropas del ejército nacional conquistan el territorio, en el que vivían grupos aborígenes. Resistencia se funda en 1878 por un grupo de emigrantes italianos y después llegaron oleadas de inmigrantes desde todas las partes del mundo, muchos de la Europa del Este, también alemanes del Volga, sirio – libaneses, israelitas, franceses en menor medida, obviamente italianos y españoles, así como el grupo vasco, de ambas vertientes del Pirineo, además de quienes llegan de otras partes de Argentina y del Paraguay. Se conoce a nuestra provincia como Crisol de razas. Había también una población autóctona que nunca fue contemplada en los censos hasta muy entrado el siglo XX. Hoy hablamos de una población aborigen de un 10%, que viene a ser a grosso modo, de 100.000 personas sobre un total aproximado de un millón de habitantes.
¿Cómo viven?
- En condiciones paupérrimas, dependientes del Estado. No viven integrados. En algunas ciudades forman barrios específicos. Son de tres grupos, el Quom o Tobas, el Moqoit o mocovíes y el wichi, a quienes antiguamente despectivamente llamaban matacos. Estos viven en la selva, en El Impenetrable y con ellos convivió y compartió su vida aita Severiano.
¿Cuál es la fotografía actual?
- Es una provincia marginal en Argentina, como lo son otras de la zona, como Formosa, Corrientes, Santiago del Estero, Jujuy, Catamarca o La Rioja, que han sido administradas por una clase política que no dio buenos resultados. La principal fuente de recursos es la producción primaria. Hemos sufrido la tala indiscriminada de árboles, en la que se redujo una superficie forestal de 100.000 kilómetros cuadrados en un 70%. Ha sido importante el cultivo del algodón y últimamente la soja. Pero hoy la principal fuente de ingresos para el chaqueño es el Estado. En lugar de llevar a cabo políticas de promoción económica e industrial, el Estado directamente contrataba a la gente, formando oficinas hoy superpobladas, con más personal que trabajo disponible.
Tienen una euskal etxea modesta, que cumplirá 20 años en 2016.
- La fundamos el 5 de diciembre de 1996 y hemos tenido nuestros momentos, pero creo que hacemos cosas interesantes. No podemos compararnos a los grandes centros vascos de La Pampa Húmeda, donde tenéis localidades enteras pobladas por gentes de origen vasco. Aquí somos una pequeña minoría básicamente en el seno de una gran colectividad italiana. Nuestra euskal etxea reúne a 250 personas, que no es mucho, pero tampoco es poco. Fíjate cuántos premios Andrés de Irujo se han otorgado y en El Chaco tenemos dos. Hemos sacado libros de investigación, publicamos artículos, muestras… y obviamente nos juntamos y mantenemos viva la llama, el espíritu y las tradiciones vascas, en eso sí podemos competir de igual a igual con cualquiera de los grandes centros.
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