Los niños de El Gallinero, invitados de nuevo por Mariaren Lagundia
Los alumnos de integración social asumen la reedición de la experiencia de 2012. Durante estos días recogen ropa de invierno para los niños del poblado chabolista de las afueras de Madrid
Diario Vasco, , 28-10-2014Los vínculos que establecieron, ahora hace dos años, los alumnos del último año del ciclo de Formación Profesional en integración social y todo la comunidad escolar de Mariaren Lagundia, con los habitantes del poblado chabolista madrileño de El Gallinero a través de un estancia de cuatro días en la villa de estos últimos, se han mantenido vivos y estrechado desde entonces hasta el punto de reeditar el proyecto la próxima primavera.
La valoración positiva de la experiencia desde ambas partes ha llevado a repetir. Son de nuevo los estudiantes del grado de integración social los encargados, como proyecto fin de curso, de organizar la estancia para lo que están dando los primeros pasos con la búsqueda de financiación. Como en la primera ocasión, cuentan con el respaldo de la profesora Susana Aparicio y la implicación del centro escolar.
El Gallinero es un asentamiento con un centenar de familias que sobreviven en la más absoluta marginación a 12 kilómetros de la popular Puerta del Sol, y junto a la Cañada Real, el mayor supermercado de heroína de Europa. Entonces fueron 37 niños rumanos de etnia gitana y cuatro voluntarios de entidades sociales que prestan servicios en este foco de marginación, los invitados que se hospedaron en el Apaiz Etxe, de Elosua, conocieron varios puntos de Gipuzkoa, y mantuvieron un estrecho contacto con los alumnos de la ikastola Mariaren Lagundia.
Como destacan el director del centro Gotzon Iparragirre y la coordinadora Susana Aparicio, «visto el resultado se planteó la posibilidad de afrontar esta visita cada dos años por el esfuerzo que supone».
Este reencuentro, aunque cambien muchas caras, será una realidad la próxima primavera. La amistad y relación entabladas con el poblado en el que hoy en día viven unas 300 personas, donde los derribos forzosos de las chabolas están presentes, y todos los rasgos de marginalidad son más que evidentes, tiene además otros ingredientes.
Ropa de invierno y visita
En 2012 los niños y niñas regresaron para Madrid con el autobús cargado de ropa donada en buen estado para hacer más llevadero el invierno de la meseta.
Al año siguiente los abrigos, jerseis, zapatos y otros volvieron a recogerse en el centro. Fueron trasladados en autobús por un grupo de alumnos de integración social que visitaron el asentamiento en noviembre con motivo de la jornada de la infancia para conocer ‘in situ’ esa realidad a la que sólo se accede a través de los reportajes. De nuevo este otoño de 2014 repetirán la fórmula de aportar ropa. La recogida ya está abierta en la comunidad escolar y sus familias, para que después de su clasificación y empaquetado, se transporte este noviembre en una excursión formativa para el alumnado. Un encuentro que además servirá para atar y detallar los pormenores de la visita que realizará en primavera un nuevo grupo de niños.
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