Unos 22 inmigrantes lograron entrar ayer en Melilla en el segundo salto masivo de la valla fronteriza registrado esta semana en la ciudad autónoma.

La avalancha estuvo protagonizada por un colectivo de unas 200 personas, divididas en dos grupos, que trataron de superar la alambrada en las inmediaciones del cementerio musulmán.

Durante la oleada, ocurrida sobre las siete y media de la mañana, un centenar de los inmigrantes se atrincheró en lo alto de la valla, la mitad en la zona del club de golf y la otra mitad en la proximidades del Centro de Internamiento. Con la caída de la noche todavía seguían encaramados en la verja más de una veintena, que había soportado durante unas doce horas el cansancio, el calor, el hambre y la sed.

La valla de Melilla ha sufrido en lo que va de año 59 avalanchas de inmigrantes en las que han logrado entrar en la ciudad unos 2.000 extranjeros, cifra que casi dobla la del año pasado.