Cartas a la Dirección

Teresa Romero . Unos se van, otros vienen

Diario de noticias de Gipuzkoa, , 21-10-2014

Teresa Romero dice no acordarse de que se tocara el rostro con su mano enguantada. Lo ha dicho en estas últimas horas al menos en dos ocasiones. Entonces, ¿cómo explicar que un médico, Germán Ramírez, anunciara ante las cámaras de varias televisiones, que este fue casi con seguridad el motivo de su contagio? Hay que decir que esta hipótesis fue asumida de inmediato por el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid y por la propia ministra Mato para de este modo acusar a Teresa de haber ocultado su propia negligencia. He de decir que desde el primer instante intuí juego sucio en la comparecencia de un médico que parecía ser enviado por alguien para fabricar un escenario de culpabilidad contra una enferma que se debatía entre la vida y la muerte. ¿No será que el tal médico indujo a Teresa, ante su insistencia en la búsqueda de un error humano, a decir que sí, que podía ser posible que se hubiera tocado la cara? Una enferma entre la vida y la muerte puede decir cualquier cosa, incluso puede decir “sí, puede que me tocara la cara”. ¿Es esto suficiente como para que el carcamal de consejero llegara a decir “Teresa se ha derrumbado y ha confesado su error”? Parece ser que estamos en manos de gente sin escrúpulos, capaces de todo con tal de permanecer en el poder.

Lo dicen los datos del padrón del 2014: Gipuzkoa pierde población autóctona y gana cada vez más población inmigrante, principalmente musulmana (marroquíes, paquistaníes, norte africanos…). Mientras nuestros jóvenes bien preparados emigran por falta de oportunidades, gente sin formación sigue llegando a Euskadi, y principalmente a Gipuzkoa. ¿Cuál es la razón para elegir nuestro territorio histórico? Que en Gipuzkoa, a diferencia de Araba o Bizkaia, no se precisan tres años de residencia para obtener las ayudas sociales (Renta de Garantía de Ingresos), sino solo seis meses. Genial idea de Bildu. Consecuencia: el efecto llamada de la población inmigrante, que elige nuestro territorio para vivir y recibir las correspondientes ayudas. Salta a la vista que en los últimos meses el efecto llamada ha provocado un incremento de ciudadanos no europeos en los pueblos del territorio, debido a las equivocadas políticas sociales de nuestros políticos. No hay trabajo, por lo que la gente preparada se nos va y la gente sin preparación nos viene. Consecuencia: una tendencia demográfica preocupante, que nos pasará factura en un futuro.

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