melilla. La Guardia Civil emprenderá acciones judiciales por atentado y resistencia a la autoridad contra los tres inmigrantes que lograron llegar la madrugada de ayer a la carrera al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Los subsaharianos consiguieron sobrepasar el perímetro durante el intento de entrada masivo protagonizado por más de 300 personas, en el que hubo numerosos episodios de violencia, tanto por parte de los inmigrantes como por las fuerzas de seguridad de España y Marruecos.

Algunos irregulares se encararon con los agentes y llegaron a lanzar varias prendas envueltas en fuego a la Guardia Civil. Por su parte, los agentes recibieron a los inmigrantes con golpes y palos, principalmente las fuerzas marroquíes que no dudaron en derribar a varios inmigrantes desde seis metros de altura tras ser golpeados con las defensas.

Los forcejeos hicieron que los inmigrantes se juntaran en un mismo punto huyendo de los golpes, lo que provocó daños en la valla, ya que en un amplio tramo superior quedaba destrozada y parcialmente derrumbada por el peso. Unos 140 jóvenes centroafricanos quedaron en la zona entre vallas, encaramándose finalmente un centenar de ellos a las distintas alambradas. Algunos permanecieron subidos en lo más alto hasta cuatro horas.

Cinco guardias civiles y un agente marroquí resultaron heridos, por parte del dispositivo de seguridad, y cinco inmigrantes fueron atendidos en Melilla. En el Hospital Comarcal permanecen ingresados dos jóvenes subsaharianos, uno en observación con un fuerte traumatismo craneoencefálico, y el otro a la espera de ser operado de un amplio corte en el muslo.

En lo que va de mes se han registrado ya seis intentos por la valla, cinco de ellos en una semana. El penúltimo tuvo lugar en la madrugada del martes, entre el paso fronterizo de Beni Enzar y el dique sur, y diez inmigrantes consiguieron el objetivo de entrar.

En el monte Gurugú, cercano a la ciudad autónoma, aguarda más de medio millar de inmigrantes a la espera de intentar entrar a la ciudad autónoma.

Su intención es seguir intentándolo antes de que comience el frío y de que Marruecos termine de construir su alambrada de cuchillas de 2,5 metros de altura, que corre en paralelo a la española, y que está levantada ya en un 60%.