Nuevo intento de asalto a la valla de Melilla

El Periodico, EFE / MELILLA, 15-10-2014

En torno a un centenar de inmigrantes han permanecido encaramados en la valla fronteriza entre Melilla y Marruecos durante varias horas en un nuevo intento de asalto a la frontera española.

El grupo, primero de un centenar de subsaharianos, ha optado finalmente por bajar como les indicaba la Guardia Civil, que mantiene un despliegue de seguridad en la zona de Villa Pilar, entre el aeropuerto de Melilla y el cementerio musulmán de Sidi Guariach. Y han regresado al lado marroquí de la frontera.

La Delegación del Gobierno ha elevado posteriormente a 300 la cifra de los subsaharianos que ha intentado entrar en Melilla y ha destacado la “violencia extrema e inusitada” del asalto a la valla, en que han resultado heridos cinco guardias civiles, uno de ellos con traumatismo craneoencefálico por “una grave caída” desde casi 5 metros de altura cuando actuaba en la alambrada.

Se trata de un suboficial del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS), trasladado al Hospital Comarcal, donde ha permanecido en observación hasta que ha sido dado de alta, mientras que los otros agentes heridos necesitaron asistencia médica por cortes y contusiones.

Además cinco subsaharianos resultado heridos, la mayoría con heridas y contusiones no graves por caídas desde el vallado, y han sido trasladados al hospital, de los cuales tres ya han sido dados de alta y dos permanecen en el centro hospitalario, uno por herida en el muslo por la que será operado y otro por traumatismo craneoencefálico por el que está en observación.

Según la Delegación, uno agente marroquí de los que han participado en labores de cooperación al otro lado de la valla fue rodeado por un grupo de inmigrantes que “lo han golpeado con ensañamiento” y agredido con un arma blanca.

La fuente ha dicho que los inmigrantes portaban piedras, palos, cuchillos, ganchos, cuerdas y otros objetos contundentes, lo que permitió que gran parte del grupo rebasara las fuerzas de seguridad marroquíes y llegara a la valla de Melilla, por la que treparon con garfios y cuerdas y se “catapultaron” hacia la segunda verja.

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