Douglas Carswell, el ex diputado conservador fugado a las filas del Partido de la Independencia del Reino Unido (Ukip), será confirmado previsiblemente hoy como el primer parlamentario en los 21 años de historia de la fuerza ultraconservadora y eurófoba.

Nigel Farage, que acaba de revalidar el liderazgo del Ukip durante otros cuatro años, celebró de antemano la victoria de Carswell, favorito claro en todas las encuestas frente a sus rivales conservadores y demócratas en las elecciones anticipadas en el distrito de Clacton.

En los segundos comicios anticipados, para cubrir el escaño dejado en Middleton por la muerte del diputado laborista Jim Dobbin, el Ukip dio una nueva demostración de fuerza y plantó cara a los dos grandes partidos.

El partido eurófobo aspira incluso a lograr un segundo diputado, Mark Reckless, también fugado del Partido Conservador, en las elecciones que se celebrarán en el plazo de un mes.

La entrada en Westminster, a falta de siete meses para las legislativas de mayo del 2015, le permitirá al Ukip urdir una estrategia a lo caballo de Troya, tendiendo desde dentro las redes a los diputados del ala dura de los tories.

El Ukip surgió precisamente como una escisión de los tories en rebeldía por el apoyo del entonces primer ministro John Major al Tratado de Maastricht. Durante casi dos décadas ha sido un partido marginal, descalificado en su día por el premier David Cameron como «una panda de lunáticos».

Bajo el liderazgo de Nigel Farage, que aspira a entrar por su propio pie en el Parlamento en 2015, el Ukip ha ganado fuerza no sólo en los bastiones conservadores del este de Inglaterra, sino incluso en Escocia, donde logró su primer eurodiputado este año.

El éxito en las elecciones europeas y en los comicios locales ha aupado al Ukip al tercer puesto en el podio de la política británica, por delante del Partido Liberal-Demócrata de Nick Clegg.

El Ukip ha marcado claramente la agenda política en los últimos meses, reclamando la salida de Reino Unido de la Unión Europea y pidiendo cuotas de inmigración entre los países europeos.

El auge del Ukip ha forzado al propio Cameron a tender la mano al ala dura de su partido, ante el temor de nuevas fugas. Se calcula que un centenar de los 300 diputados conservadores se consideran euroescépticos. Al menos una decena han sido tocados por el Ukip, que confía en que la victoria de Douglas Carswell sirva como estímulo a nuevos tránsfugas.