La Fiscalía holandesa informó ayer de que considera que el líder xenófobo Geert Wilders es sospechoso de realizar comentarios racistas que constituyen una ofensa criminal, por lo que le ha citado para ser interrogado. La decisión se produce después de analizar más de 6.400 denuncias y 15.000 informes presentados en relación a los comentarios que el líder del Partido para la Libertad (PVV) hizo después de que su formación ganara en unos comicios locales de marzo pasado.

Para la Fiscalía esos comentarios de Wilders «constituyen insultos racistas que incentivan la discriminación y el odio, razón que han considerado más que obvia para llamarle a interrogatorio», según explicó en un comunicado. Wilders celebró la victoria electoral con un discurso en el que preguntó a sus seguidores: «¿Queréis más o menos marroquíes, aquí, y en Holanda?», a lo que esas personas le respondieron «menos, menos», y después él replicó: «Lo arreglaremos». Esas declaraciones causaron en su día el escándalo incluso entre sus propias filas pese a ser el tono habitual para el líder del partido, de tendencia antimusulmana y racista.