EL anuncio aparece en la sección de ofertas de trabajo de la página web de Lanbide, el Servicio Vasco de Empleo. Y aunque está escrito con otras palabras, se podría resumir con la siguiente leyenda: Se necesita imán. Razón: mezquita de Barakaldo. El aspirante, que cobrará 850 euros brutos, deberá tener una formación universitaria superior y dominar la lengua árabe. Sus funciones están muy claras: “Dirigir el ritual de la oración y ser referencia de la comunidad en materia religiosa”. Pero en Barakaldo hay dos mezquitas, la denominada Albaraka, que fue inaugurada hace algo más de un año en la calle La Felicidad, y At Tawhid, más conocida por ser frecuentada en su día por Redouan Bensbih, el yihadista que murió combatiendo en Siria. Este último centro de culto es el que busca un nuevo “predicador de la fe”.

La crisis de vocaciones religiosas parece que también ha llegado al mundo del islam, no es un problema exclusivo del catolicismo. Esa es la impresión que podría desprenderse de la curiosa oferta de empleo publicada en Lanbide el pasado lunes. Aunque los responsables de una de las mezquitas de Barakaldo se empeñan en decir que “no es nada sorprendente”. “Es una oferta de trabajo como otra cualquiera, como camareros o profesores”, dicen, aunque reconocen que “hacen falta imanes en España”.

Dentro de los datos de la oferta colgada en internet, el apartado de ocupación reza así: “Sacerdotes de las distintas religiones” y como “nombre del puesto ofrecido: imán de la mezquita de Barakaldo”. La modalidad de contratación es “laboral temporal” y el “salario mensual indicativo bruto: 850 euros”. En el capítulo de “idiomas requeridos”, como no podía ser de otra forma, se pide árabe, con un nivel “superior” en “lectura, escritura y hablado”. Sin embargo, no se requiere que sea la lengua materna del aspirante ni que se dedique o se haya dedicado a la docencia del árabe. En las observaciones se detallan tres funciones: “Cumplir con las propias de responsable religioso de la mezquita, dirigir el ritual de la oración y ser referencia de la comunidad en materia religiosa”. En último lugar, recalca que los candidatos deben tener una “formación universitaria superior y dominar la lengua árabe”.

Según Mohamed Kasmi, presidente de la Comunidad Islámica Albaraka, que gestiona la mezquita del mismo nombre en Barakaldo “el imán debe tener un perfil especial”. “Debe dominar el Corán, tener un nivel mínimo de ciencias islámicas y ser una persona que pueda representar bien a la comunidad religiosamente”, señala.

Formación Aunque en la mezquita Albaraka no necesitan imán, Mohamed Kasmi se siente dolido por el “interés y la preocupación” que ha causado el anuncio en Lanbide. “Ser imán”, dice Mohamed, “es una profesión que está reconocida legalmente y la categoría existe en el régimen de la Seguridad Social”. Además, aprovecha la ocasión para decir que “las mezquitas están abiertas de acuerdo con las normas municipales y están inscritas en el Registro de Entidades Religiosas dependientes del Ministerio de Justicia”. A Mohamed le gustaría que los medios de comunicación se “preocuparan más de la retirada del menú Halal de los centros escolares, de la reforma de los planes generales de urbanización en varios municipios, como en Bilbao, de la enseñanza de la religión musulmana para alumnos musulmanes en los centros docentes y de que la Comisión Islámica de España se financie de la misma forma que la Iglesia católica”. Precisamente esta Comisión islámica organiza cursos para formar “imanes de aquí para no importarlos de otros países y culturas”.